lunes, 1 de diciembre de 2008

Primer domingo de Adviento

Encontrar motivos y justificaciones es relativamente fácil, de hecho se invierte mucho tiempo en eso -innecesariamente, a mi modo de ver- porque debería ser mucho más práctico, por lógico, hacer uso de la honestidad en vez de tratar de envolver con bonitas palabras alguna realidad relevante.

No es la primera vez que confrontan mi comportamiento con mi asistencia a la misa dominical. Bien valdría la pena indagar sobre la necesidad de asistir al servicio religioso, si eso le competiera a la contraparte para descalificar o calificar momentos de actuar.

El Evangelio de ayer, primer domingo de Adviento, fue corto pero muy productivo, por lo menos así lo hizo ver el padre JAIME PALACIO en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Habló, entre otras cosas, del despertar, del estar siempre preparados para la llegada del Señor. Hizo reflexionar sobre lo que es bueno o no para las personas. Específicamente sobre que no todo es bueno para el ser humano, porque no todo es constructivo. Está en el discernimiento seleccionar lo destructivo para hacerlo a un lado.

Ese fue el mensaje más claro de la celebración litúrgica de anoche. Eso me invita, obviamente, a reflexionar: ¿seremos buenos para nosotros?

Amor, te deseo buen día. Que logres terminar las tareas del semestre con toda la satisfacción que mereces.

Javier Rodrigo.