tag:blogger.com,1999:blog-306613692024-03-23T13:14:59.255-05:00W a y o oTanteando y tonteando con ideas vacíasJavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comBlogger54125tag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-87133111818525863732013-02-02T19:07:00.000-05:002013-02-02T19:07:37.679-05:00Breve crónica carnestolédica<span class="userContent">Pocos minutos antes de las once de la noche,
observando desde la esquina de la 59 con 44 cómo La Cumbiamba de La 40
cerraba el desfile -con un ánimo indoblegable para mantener aún la
organización y la alegría de su coreografía-, comencé a comprender la
esencia de esta fiesta tan barranquillera, posible sólo en el
incomparable espíritu de esta magna raza.<br /> <br /> C<span class="text_exposed_show">on
el corazón arrugado, Amor, por mi obligada distancia, no sin alguna
reserva por la obligada compañía de mi hermana y su esposo (no por
inconveniente, sino por erigirse en mi única posibilidad), faltando un
cuarto para las siete de la noche, nos apostábamos con mucha dificultad a
escasos metros de la vía que sirvió de pasarela, diez cuadras al norte,
para La Guacherna del bicentenario. Ya la fiesta era muy pegajosa, la
espuma y la maizena surcaban el inmediato horizonte y el vigor de la
gente, gente bella como nunca la había visto en estas calles, avivaba
las ganas de iniciar las carnestolendas con sincero furor.<br /> <br />
Después de una majestuosa apertura a cargo de impecables jinetes en
magníficos frisones, un prematuro clímax me sedujo al ver cómo el Himno
de la ciudad arrancó notas impecables de la totalidad del público
asistente. El júbilo inmortal palidece de envidia al ver la entereza y
el orgullo con que los barranquilleros interpretan, sin necesidad de
anuncio u orden, su canto ceremonial. Los faroles de luceros que
Estercita Forero convirtió en emblemas, completan el sinigual cuadro de
emociones.<br /> <br /> Dadas las características del escenario y del
proscenio, decir que se puede apreciar el desfile es arriesgada
afirmación. Sin embargo no es eso lo que importa. Basta con saber que la
mayor algarabía la provoca la reina -este año caprichosa, no tan bella y
muy poco carismática comparada con las de años anteriores- que es por
mucho la personalidad más destacada para los propios durante todo el
festival carnavalero. Admiración produce, y cómo no reconocerla, si
desde que inicia su mandato hasta muy entrado el avance del año, debe
ser un dechado de simpatía, con una energía que le impide rendirse a
cualquier ritmo bailable, con trajes fabulosos de postura única, en su
gran mayoría sufragados exclusivamente por su peculio.<br /> <br /> La
fiesta está afuera, en las calles aledañas. No hace falta el desfile
para que, la mayoría propios, hagan la rumba a su acomodo, con mucha
alegría. Las novias con los novios, los amigos y las amigas con las
amigas y los amigos, las esposas -recientes o veteranas- con sus
maridos, todos dan rienda suelta a la rumba, que se traduce en baile. Un
baile que puede seguir el ritmo sempiterno de millos y tamboras, que en
otras latitudes sonarían espantoso, pero que aquí son capaces de
mantener una fiesta espléndida de poco más de diez días de duración, con
sus principales eventos.<br /> <br /> Los viejos picó, desbancados por
espectaculares equipos de sonido con carro, llenan las bocacalles de
ritmos autóctonos y foráneos, para incitar la sensual danza en que los
sentidos se turban y en que los cuerpos se funden, sin causar escozor
alguno porque es de todos, para todos.<br /> <br /> La constante
tranquilidad de Boston se torna en desenfrenado desorden que sus
habitantes viven y gozan como lo aclama el eslogan del Carnaval. Las
prohibiciones y recomendaciones del gobierno municipal se ven
tempranamente quebrantadas por incontables botellas de vidrio, niños de
brazos, mujeres en estado de preñez avanzada, ancianos en silla de
ruedas, espumas malolientes… a la vista de toda la autoridad. Pero eso
no importa, quien lo vive es quien lo goza. Nadie vino a sufrir.<br /> <br />
No falta la esquina de hombres hermosos cantando al son de la guitarra,
la calle de mujeres perfectas danzando cual maravillosas diosas… Todo
es abrumador. La felicidad es innegable.<br /> <br /> El regreso a casa está
lleno de imágenes festivas, el corazón salta de regocijo sin pensar en
el cansancio de calles y cuadras de recorrido. Y, aún así, me haces
falta, mucha, Amor.<br /> <br /> Es mi primera Guacherna, es mi cuarto
Carnaval y no dejo de defenderlo, de venderlo como lo más importante y
serio que se hace en la Ciudad de las Puertas Abiertas. Aprendí, con el
Carnaval, a querer y a respetar a los barranquilleros como a nadie. A
reconocer su capacidad de trabajo y de progreso. A comprender su
espíritu y riqueza.<br /> <br /> Eso es La Guacherna, la fiesta de barranquilleros para Barranquilla, la interminable fiesta de la alegría.</span></span>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-29713399491084699272008-12-01T08:45:00.001-05:002008-12-01T08:48:04.848-05:00Primer domingo de Adviento<div align="justify"><span style="color:#006600;">Encontrar motivos y justificaciones es relativamente fácil, de hecho se invierte mucho tiempo en eso -innecesariamente, a mi modo de ver- porque debería ser mucho más práctico, por lógico, hacer uso de la honestidad en vez de tratar de envolver con bonitas palabras alguna realidad relevante.<br /><br />No es la primera vez que confrontan mi comportamiento con mi asistencia a la misa dominical. Bien valdría la pena indagar sobre la necesidad de asistir al servicio religioso, si eso le competiera a la contraparte para descalificar o calificar momentos de actuar.<br /><br />El Evangelio de ayer, primer domingo de Adviento, fue corto pero muy productivo, por lo menos así lo hizo ver el padre <strong>JAIME PALACIO</strong> en la <strong><em>Parroquia de Nuestra Señora del Carmen</em></strong>. Habló, entre otras cosas, del despertar, del estar siempre preparados para la llegada del Señor. Hizo reflexionar sobre lo que es bueno o no para las personas. Específicamente sobre que no todo es bueno para el ser humano, porque no todo es constructivo. Está en el discernimiento seleccionar lo destructivo para hacerlo a un lado.<br /><br />Ese fue el mensaje más claro de la celebración litúrgica de anoche. Eso me invita, obviamente, a reflexionar: ¿seremos buenos para nosotros?<br /><br />Amor, te deseo buen día. Que logres terminar las tareas del semestre con toda la satisfacción que mereces.<br /><br />Javier Rodrigo.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-28213130891009229822008-11-10T15:40:00.007-05:002008-11-10T15:54:41.955-05:00<div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;">Carcomiérndome lentamente </span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;">por lo inevitable, </span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;">con una lágrima al borde </span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;">de la aurícula izquierda, </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#993399;"></span></div><div align="right"><span style="font-size:130%;"><span style="font-family:verdana;color:#990000;">n</span><span style="font-family:verdana;color:#990000;">o me queda -hoy- más que decir </span></span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">que estoy <strong><em>putamente</em></strong> mamado </span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;">de que quieran conquistar a mi novio,</span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"> </span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="right"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#009900;">como si el merecimiento me lo </span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#009900;">pudieran cuantificar esa </span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"><span style="color:#009900;">partida de <strong><em>zorros malparidos</em></strong>.</span> </span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#990000;"></span></div><div align="right"><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span></span></div><div align="right"><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span></span></div><div align="center"><span style="color:#990000;"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;"></span></span> </div><div align="center"><span style="font-family:verdana;font-size:130%;color:#ff0000;">¡Caterva de ladrones ponzoñosos!</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-75839088746586888542008-09-23T15:10:00.008-05:002008-09-23T18:47:14.536-05:00... y perdón, pues!<a href="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/SNl-3WlfVdI/AAAAAAAAAC0/7nXmuR-RpCE/s1600-h/DSC08645.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5249366330097751506" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/SNl-3WlfVdI/AAAAAAAAAC0/7nXmuR-RpCE/s320/DSC08645.JPG" border="0" /></a><span style="color:#000000;">Por una triste razón y mala coincidencia ya no debo pedir permiso para escribir, aunque me expongo a una andanada de agravios que casi no tengo interés de conocer, menos aún de contestar.</span> <div><br /><div align="justify"><span style="color:#000066;">Para retomar el oficio, de pronto una receta que permita la inspiración. Como ya es sabido, mis padres viven hace un tiempo en la ciudad de Barranquilla. Allí cuentan con el servicio y la compañía de una maravillosa mujer -experta en la cocina- que <strong>Papá</strong> se empeña en llamar <strong>Clarita</strong> y que a estas alturas del paseo nadie recuerda su nombre de pila. He tenido la oportunidad de aprender de ella algunas preparaciones, que en cualquier caso requieren de mucho amor y alguna dedicación.</span></div><br /><br /><div align="center"><strong><em><span style="color:#000066;">Arroz con coco</span></em></strong></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Plato muy típico de nuestras dos costas, tan lleno de variantes como hay variotipos en nuestras vertientes marítimas. Para empezar hay que conseguir un caldero de aluminio, de esos que son de fondo y paredes gruesas y que hasta hace poco solo se conseguían en las plazas de mercado y en carritos de mercachifles. Hoy ya los hay "de marca" en los hipermercados. Importante que no sea teflonado, para que el producto sea delicioso. La cantidad de coco y de arroz son tan inciertas como la medida del agua que le agregan en nuestra Costa Caribe a cualquier arroz para cocinarse (agua hasta que se "pare" la cuchara), pero trataré de dar una idea cercana.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><em><span style="color:#000066;">Ingredientes:</span></em></div><ol><li><div align="justify"><span style="color:#000066;">Un coco</span></div></li><li><div align="justify"><span style="color:#000066;">Dos tazas de arroz blanco (aunque lo he preparado con parbolizado, también con éxito)</span></div></li><li><div align="justify"><span style="color:#000066;">Agua c. s. p. (en farmacopea es algo así como <strong>c</strong>antidad <strong>s</strong>uficiente <strong>p</strong>ara...)</span></div></li><li><div align="justify"><span style="color:#000066;">Azúcar al gusto</span></div></li><li><div align="justify"><span style="color:#000066;">Sal al gusto</span></div></li></ol><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Aquí empiezan el amor y la dedicación: lo primero que se debe hacer es extraer el agua del coco, esperando que sea abundante, que se reserva. Acto seguido se parte la espectacular semilla como mejor le parezca al distinguido lector. En trozos pequeños, junto con la cascarita que lo recubre, se ralla, se muele o se licúa. Para ser prácticos recomiendo esto último, que es más rápido y seguro. No hay en la receta indicación de pedacitos de epidermis digital para enriquecer el plato.</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Para licuarlo se usa, además, el agua de coco previamente extraída y reservada. Se procede a la extracción de la leche de coco, que es el producto de la licuadura de la pulpa del coco con el agua, y con más agua que siempre hace falta. El afrecho se puede licuar y colar tantas veces como haga falta para obtener cantidad de leche de coco de suficiente y buena calidad para la preparación. </span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Yo particularmente guardo la última leche que extraigo para que sirva como "agua" para la preparación final del arroz (cuatro tazas en este caso).</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">El afrecho -casi insípido y ya muy escurrido- se desecha. La leche obtenida, que pueden ser algo así como dos o tres tazas -aparte de la que he reservado para la preparación final del arroz- se pone a hervir en el caldero, revolviendo de vez en cuando. Esta parte del proceso puede demorar poco más de una hora, hasta ver que en el fondo del caldero empiezan a formarse unos grumos y que -de forma casi mágica- desaparece el agua, para quedar únicamente el aceite del coco con el respectivo <em>titoté</em>, que es el chicharroncito de coco que se va oscureciendo y concentrando con un olor penetrante a dulce de coco que es espectacular. Ese <em>titoté</em> se deja dorar u oscurecer al gusto. </span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Ya tenemos la base del arroz de coco, que es el aceite de coco y el <em>titoté</em>. Allí se vierten las tazas de arroz previamente lavadas y escurridas y la última leche de coco obtenida, la que hemos guardado para que sirva como el "agua" para preparar el arroz. Se le pone el azúcar y la sal al gusto, en mi caso cuatro cucharadas de azúcar por una y media cucharada de sal, y se cocina como cualquier otro arroz: se deja hervir -olla destapada- en fuego alto hasta que se le ven "ojos" profundos, se tapa bajando el fuego al mínimo y se deja cocer hasta obtener el <em>cucayo</em> (la pega) deseado, que es la única indicación de tiempo que conozco adecuada para la preparación del arroz en una olla que no sea tan desperzonalizante, a pesar de extremadamente práctica, como una automática arrocera fabricada en el lejano oriente.</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Cabe comentar que no es conveniente, durante la cocción, revolver más de lo estrictamente necesario, el arroz, para que no suelte almidón que pueda hacer que se apelmase. Aunque hay quienes lo prefieren masacotudito, yo particularmente gusto comerlo muy suelto.</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Creo haberme hecho entender en lo que corresponde al amor y a la dedicación. </span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Como les comentaba, variaciones hay muchas, pues hay sitios u ocasiones en donde se le añade más sal que azúcar, o sólo sal, o algúnos pedacitos mínimos de tocino achicharronado, o coca-cola, o uvas pasas para las fiestas, en fin... para gustos la carta de colores, que en nuestra honorable confederación del arco iris mucha agua pasa por debajo del puente.</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">Esta preparación es la guarnición perfecta para un pescado fresco frito crocante, junto con ensalada fresca y patacón, o para una deliciosa preparación a partir de cerdo, con puré de papa y ensalda verde, o para unas deliciosa pechugas rellenas, mejor dicho... ¡tengo hecha agua la boca!</span></div><span style="color:#000066;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#000066;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000066;">A ver si me animo y en estos días cocinamos rico (¿habrá quién invite?).</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#006600;">Entre el tintero tengo también la preparación del <em>congrí</em> -que es la versión más cubana del arroz con frijoles-, las masitas de cerdo, los tostones y la yuca con mojo, que completan el espectro de lo más típico de la cocina de la mayor de las Antillas, sin olvidar, claro está, el irreemplazable mojito (el mismo de <em><strong>La Bodeguita del Medio</strong></em>) o el distinguidísimo daiquirí que se consume con tanto éxito en el <strong><em>Restaurante Florida</em></strong>, entrando a la Calle Obispo, en La Habana vieja. Es que hoy me ataca la nostalgia por lo cubano. </span></div><span style="color:#006600;"><br /></span><div align="justify"><span style="color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#006600;">No bien dejo de recordar cintas tan descorazonadoras y aterradoramente reales como <strong>Azúcar</strong> <strong><em>Amarga</em></strong> (<strong><em>Bitter Sugar</em></strong>), hermosa película de <strong>León Ichaso</strong> (1997), cuando encuentro <strong><em>Balseros</em></strong> -actualmente dentro de la programación del canal <strong><em>cinema+</em></strong>-, de <strong>Carlos Bosch</strong> y <strong>José María Domènech</strong> (2002), documental que destroza el espíritu cuando has tenido la oportunidad de convivir esa realidad que es el verdadero drama cubano, el del exilio, el del abandono incierto del ser querido que -con oportunidad de salir- nunca se sabe cuándo o cómo regresará, si es que tiene la suerte de regresar. Desde aquí mi recuerdo para <strong>Albertico</strong>, <strong>Damián</strong>, <strong>Karelia</strong>, <strong>Irán Rafael</strong>, espíritus libertarios que tuve la suerte de vivir antes de su partida, no sin dejar de mencionar a todos aquellos que no han contado con la fortuna -para alegría de los propios- de salir corriendo al alcance de panoramas incomprendidos por quienes aún tenemos la suerte de un mundo libre (¿?). Sí, muy a pesar de <strong>Bush</strong>, <strong>Uribe</strong>, <strong>Chávez</strong>, <strong>Correa</strong>, <strong>Putin</strong>, etc., que es de todos la culpa.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;">He tratado de guardar mucha compostura durante este post, pero lo cierto es que estoy destrozado. No logro conciliar la tranquilidad, el poco sueño no me repara los días rotos, las lágrimas no terminan de secarse (nunca he logrado entender qu<a href="http://3.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/SNl82Esjg7I/AAAAAAAAACs/OkBslXhNUHQ/s1600-h/DSC07812.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5249364109092422578" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/SNl82Esjg7I/AAAAAAAAACs/OkBslXhNUHQ/s320/DSC07812.JPG" border="0" /></a>e exista en quien puedan acabarse), el dolor se hace inmenso e inconmesurable, palabra odiosa que hoy alcanza para mí su mayor significado. No sé si sean mayores las heridas del cuerpo o las del alma, pero igual son muy profundas, y me declaro culpable, cómplice -incluso-. Dejé llegar muy lejos las cosas, no fui justo con nadie. Nunca sabré, frente a la irreparable decisión, cuál era el mejor camino. Ni si la decisión logrará su cometido. Física y moralmente me es imposible el retorno, aunque no existan últimas palabras, no existen palabras vanas. Ya te sonará a escuchado. Pero es lo más sano para nosotros, es nuestra única verdad posible. No dejaré de sentirlo en mucho tiempo, no bastarán los gritos de la conciencia ni descansará la locura de mi alma. Mucho perdí, lo asumo, pero te ruego que pienses y logres lo que mi lado fue imposible. Que te alcance la vida para perdonarme y la piedad para que me recuerdes en lo bueno, que lo malo se te olvide. </span></div><br /><br /><div align="justify"></div><div align="center"><span style="color:#663300;"><strong><em>Poema suelto</em></strong><br /></span></div><br /><div align="center"><span style="color:#663300;">Me cansé de tu furia inacabada,</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">me cansé de tu cuerpo irrepetible,</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">me cansé de tu verga inmarcesible</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">y de tu rebeldía incontrolada.</span></div><span style="color:#663300;"><br /></span><div align="center"><span style="color:#663300;"></span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">Unos pocos días no bastarán</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">para sellar el final de nuestra desenfrenada pasión irreprimible,</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">pero entre tanto dolor debe germinar la calma</span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">para que Dios permita tu florecer </span></div><div align="center"><span style="color:#663300;">sin que yo amaine tu espíritu irreprendible.</span></div><br /><br /><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="right"><span style="color:#663366;"><strong>Medellín 2007, Feria de las Flores</strong><br /></span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">No pensé poder desconectarme de esa forma, fue un paseo maravilloso. Llegamos en la mañana un día de semana cualquiera, creo que estuvimos allí más de dos semanas. Inicialmente nos hospedamos en un motel del centro, después un amigo nos brindó posada. </span></div><br /><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">Tratamos de conocer la ciudad en detalle, sus museos, sus recorridos turísticos, las líneas del Metro, el Metrocable, las bibliotecas, los parques, creo que casi todo lo recorrimos. Lo bonito, lo bueno, lo no tan bueno, lo mejor y lo peor. Incluso <strong><em>Tobi</em></strong> visitamos. </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">Los recorridos por oriente y occidente, ¡gracias amigo!, los pueblos, las iglesias, las plazas, el túnel recién inaugurado, Santa Fe de Antioquia, el puente. Nunca serán suficientes las palabras, ni las imágenes, casi ni los recuerdos. Siempre defenderé a Medellín como la ciudad hermosa, con gente hermosa, con barrios hermosos, con vías hermosas, con vida hermosa, con fiesta hermosa. </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">En la Feria lloré un par de veces: los desfiles de silleteros, el infantil en el barrio La Floresta y el de silleteros de verdad. Es una de las emociones más grandes que he tenido en la vida. Lloré con lágrimas de verdad. La exposición de Orquídeas, pájaros y flores en el Jardín Botánico es algo indescriptible. Mil veces Medellín en Feria de Flores. </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">Eso sí, todo hay que decirlo. De la amabilidad paisa de antaño, poco. La ciudad crece y, como todo, se despersonaliza. Es muy triste. No te cojan mal parado en la vía, que te vienen los carros por encima. El gusto por comprar y que te atiendan, que antes te daba pena salir sin comprar de pura atención que te colmaban, desapareció. Culpa de los hipermercados tal vez, no sé. ¿La violencia acaso tal vez?</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><span style="color:#663366;"><div align="justify">Fuimos y regresamos, felices, aún sonrientes, pletóricos y suficientes de nosotros.</div><br /><div align="justify"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;">Mil veces Medellín.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#663366;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span> </div><div align="justify"><span style="color:#000000;">Creo que por hoy no hay más. </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><div align="justify"></div>Como la idea es ponerme al día, falta mucho por escribir, sin embargo creo que la nada despreciable extensión del presente, es una falta de respeto.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><div align="justify"></div>Perdón, pues!<br /></span></div></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-78102919054553615542008-09-09T04:05:00.004-05:002008-09-23T14:45:56.040-05:00¿de regreso?Reitero un post de hace mucho tiempo: la nueva literatura es lo que se encuentra escrito en los blogs. No merece la pena buscar en otras partes, a menos que se tenga la inquietud de "recalcitrar" en lo ya trillado, que -hay conmigo- algunos que aún lo hacemos.<br /><br />Si mi Nené me da permiso, empiezo a publicar de nuevo.<br /><br />Con profunda extrañeza y gran dolor encontré que de los 142 blogs que tengo indexados en mi explorador, casi la mitad están fuera de servicio. Ahora lo pienso detenidamente, y sucede como con los libros, se escriben, se terminan y ya. Pero el caso es que muchos desaparecieron por completo de la red. No hay cómo releerlos. ¿Memoria refundida?<br /><br />Beso.JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-87934676103709476852007-07-18T17:28:00.000-05:002007-07-19T00:00:44.482-05:00El orgullo gay<div align="justify">La cita fue el viernes veintinueve del mes pasado, a las cinco de la tarde, en el Aeropuerto Eldorado. Ricardo y yo nos encontramos pasadas las cuatro y media, para comprar cada uno un detalle de despedida para Mamá, que se radicó desde esa noche en Barranquilla. En la época de recesión de la construcción, mi Papá fue uno de los damnificados y fue a parar a La Arenosa, en donde ha labrado durante estos últimos años una vida que le permite mantener algún nivel socio-económico interesante, con la obligada separación que eso significó -nada nuevo-, pero que al parecer está dando frutos suficientes para una honrosa supervivencia en la vejez ya próxima.<br /><br />Hubo lágrimas, yo especialmente me sentí afectado porque mi relación filial se había venido deteriorando desde la pelea con mi hermana el año pasado.<br /><br />En la noche, pasadas las nueve, recibí la obligada llamada de mi Mamá reportando su llegada. Muy parca, más seria que lo acostumbrado. Entre ella y yo poca falta han hecho las palabras, de eso pueden dar fe los pocos que conocen nuestra dinámica familiar, porque el solo tono de voz ya nos permite saber cómo está el uno y el otro, una especia de comunicación subliminal.<br /><br />Esa noche salí con Eduardo. Amanecimos juntos con despertador muy temprano porque se disponía a su viaje de vacaciones a Orlando, con escala en Ciudad de Panamá, su cuna. Allí lo esperaban sus padres y su hermano. A pocos minutos de despertar, me sorprendió una llamada de mi Mamá. Con franca preocupación me comentó que veía a Papá muy enfermo, y que no tenía idea de lo que pudiera ser, que si había forma de que yo viajara en el término de la distancia porque lo veía realmente grave. Primer signo de alarma inquietante, dada la tirantez de nuestras últimas conversaciones.<br /><br />Él pasó al teléfono, ¡horror, se está muriendo!, patognomónico signo de alarma de la gravedad de la situación. Pocas veces, casi ninguna, él me pide opinión con respecto a su salud, menos en medio de la álgida situación familiar. Me asusté, sin embargo con la mayor calma traté de establecer la causa de su sintomatología. Solo al final de la conversación, un detalle referente a la frecuencia y característica de su función vesical reciente, me hizo sospechar el diagnóstico; le pedí que pasara a Mamá nuevamente al teléfono y le dije, casi le ordené, que fueran de inmediato a un servicio de urgencias, rogando porque él no perdiera el ya mermado estado de conciencia antes de recibir algún tipo de atención profesional. </div><br /><div align="justify"></div><a href="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/Rp6jWFxMF3I/AAAAAAAAABU/Hkz0MLyT-NU/s1600-h/Con+mi+padre.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5088684228876179314" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/Rp6jWFxMF3I/AAAAAAAAABU/Hkz0MLyT-NU/s320/Con+mi+padre.jpg" border="0" /></a> <div align="justify">Me arreglé, Ricardo me acompañó al aeropuerto -a pesar del empute de mi Nené lindo- y logré el vuelo a Barranquilla de forma tal que a las once y media de la mañana estaba ya en la puerta del servicio de urgencias de la institución en donde estaba recibiendo sus primeros cuidados.<br /><br />Quedé lelo cuando lo ví, después de saludar a Mamá más cariñosamente que de costumbre. Tenía unas ojeras literalmente mortales. Sentí un escalofrío que me hizo pensar en segundos en todo lo que implicaría un desenlace fatal en aquellas circunstancias.<br /><br />Para su traslado mi Mamá vendió el apartamento, envió el trasteo, cerró toda su vida en la capital, con la ilusión de compartir de nuevo el lecho marital con el único hombre que ha malmerecido su amor incondicional. No era justo que ahora, que por iniciativa propia él la invitaba a la convivencia, fuera a hacer falta de forma definitiva.<br /><br />Como pudo se levantó al baño para tomar una muestra de orina, y lo vi tan desvalido como jamás en la vida. Ese ser supremo que siempre se empeñó en ser, se estaba desmoronando a pedazos. Envejecido en un par de meses como no en toda su vida, lo percibí desfallecido a las puertas de una muy dura prueba de existencia. Estaba abandonado, como nunca, a su suerte en manos ajenas.<br /><br />Nos hospitalizamos seis días con sus noches, padeciendo la impericia y, por qué no, la negligencia en la atención de salud que estábamos recibiendo. Primero de muy buena forma, al final ya casi a las patadas, logramos una leve recuperación para salir corriendo a ver qué lográbamos hacer de forma particular desde la casa, con controles de laboratorio que fueran confiables y solicitando la orientación de algún profesional realmente comprometido con su labor.<br /><br />Fueron días muy largos, noches eternas en las que hablamos de lo divino y de lo humano, evadiendo -quede claro- cualquier mención en torno a mi vida personal. Fuimos en extremo cordiales, procuramos no tocar temas prohibidos, logramos respirar suavecito para no molestarnos, nos embebimos en silencios antiquísimos. La hora de la llegada de mi Mamá en las mañanas se convirtió en el mutuo anhelo diario para desvanecer el pesado aire que casi se podía cortar con una navaja.<br /><br />En la última madrugada hospitalaria, cuando intervine para extraer la muestra de sangre que el bacteriólogo no pudo obtener, hallé sentido a mi presencia. Al día siguiente, cuando el especialista endocrinólogo -doctor Ernesto Paulo Rebolledo Santoro (merece especial mención de reconocimiento y agradecimiento)- se negó a cobrar su impecable consulta por tratarse del padre de un colega, me sentí obsequiado por la vida. Esa misma tarde, cuando una breve nota del médico sirvió para obtener el más meticuloso de los servicios y un importante descuento en el laboratorio clínico -Laboratorio Continental (la mejor infraestructura de su tipo en todo el país)-, me sentí orgulloso de mi muy pordebajeada profesión.<br /><br />Y de mí, por haber tenido la disposición de marica para asumir el cuidado de mi padre, sin pensar en nada más que eso, en recuperarlo para mi Mamá y para la vida y para el resto de sus hijos, los de verdad y los prohibidos, y para las novias que le aguanten y para seguirlo queriendo a pesar de las diferencias y de las inconformidades.<br /><br />El promedio del reporte de las glucometrías de esta semana no sube de 130 mg/dl (valores normales entre 70 y 110 mg/dl), después de haber ingresado a la clínica en estado de cetoacidosis con un valor de 592 mg/dl, cifras consideradas prácticamente normales para un paciente que recién ha sufrido la injuria perniciosa del azúcar de forma tan abrupta.<br /><br />Si mi Mamá no llega se nos muere el viejo. Las providencias de mi Dios, que parece ahora sí existir para nosotros.<br /><br />Esa fue mi celebración del orgullo gay. Gracias a la vida y a sus renovadas oportunidades. </div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-2794012915718822432007-06-05T11:47:00.000-05:002007-06-05T13:50:10.032-05:00HOMENAJE<div align="justify">No acostumbro responder en mi celular llamadas de números desconocidos, sin embargo el 24 de mayo, pasadas las cinco de la tarde, recibí con extrañeza la llamada de <strong>Juan Felipe</strong>, un viejo amigo que no veía hace casi dos años, con el que nos comunicábamos vía chat para un cordial saludo esporádico.<br /><br /><em>"<strong>Javier</strong>, siento mucho ser el portador de malas noticias, pero <strong>Germán</strong> falleció esta mañana. No conozco detalles y no quieren que alguien se entere, pero me sentí en la obligación de contarte. A mí me acaba de llamar <strong>David</strong> a contarme."</em><br /><br />Estaba acompañado por mi <strong>Nené</strong>, que recién acababa de llegar a visitarme. Quedé estupefacto, mudo. Casi colgué sin modular palabra. No lo podía creer. Un par de lágrimas afloraron acompañando un profundo sentimiento de dolor manifiesto en el nudo en mi garganta.<br /><br />Cuando llegué de terminar mi especialización en La Habana, en cuanto me estabilicé económicamente, decidí compartir apartamento con quizás el primer amigo gay que conocí en la Internet.<br /><br />En el año 96 -habiendo descubierto mi actual preferencia sexual- en cuanto regresé a Bogotá proveniente de la ciudad consentida por la niebla, me apabulló la comunicación por Internet, cuya principal utilidad consistió en acercarme al entonces subrepticio mundo del homosexualismo, que seguramente no me hubiese atrevido a conocer por algún otro medio. Mi primera cita incumplida a un sitio público gay fue a <strong><em>Blues</em></strong>, un bar que en ese entonces empezaba a posicionarse en la rumba de ambiente de la capital. Me decidí tarde a concretar el encuentro con <strong>Andrés</strong>, a quien tiempo después conocí y reconocí en otros círculos permitiéndome mitigar el arrepentimiento de ese primer encuentro fallido.<br /><br />Con <strong>Ariel</strong>, mi <em>"room mate"</em>, tuvimos una larga y bonita amistad, que nos permitió conocernos a fondo sin necesidad de encuentros sexuales de ninguna naturaleza. Su afición sexual era casi contraria a la mía. Su atención se centraba en personajes absolutamente activos, seducidos en una esquina, en un parqueadero o a la entrada de un batallón escondido. Nuestro principal punto de encuentro fue su soledad sin límites. Logramos casi dos años de armoniosa -pero nunca fácil- convivencia.<br /><br />Siempre he admirado la capacidad de este hombre para la fina, y también adusta, coquetería, que le permitía levantar polvo donde menos uno pudiera imaginar. Salíamos de rumba casi permanentemente, visitando cuanto lugar había; los sitios más sórdidos eran los preferidos. Gracias a esto llegué a conocer los streeper más cotizados de la ciudad, los espectáculos más osados, metederos inimaginables, rumba de todos los colores y sabores. Gracias <strong>Ariel</strong>.<br /><br />La adquisición más importante de aquel tiempo feliz fue <strong>Germán Camilo</strong>, propietario de <strong><em>Blues</em></strong>, ese primer bar de citas incumplidas que conocí recién empecé en <em>"el cuento"</em>. Vivíamos a pocas cuadras del lugar, lo que nos permitía ir y venir sin dificultad. Era una rutina agradable, especialmente los jueves -que era el día en que <strong>Germán</strong> estaba dentro de la barra-, él tomando su cuba libre, yo tomando ron blanco o añejo sin adornos, él coquetando de manera abierta y atrevida con ese hombre, hombrazo delicioso que era capaz de suscitar los más perversos deseos en las mentes más tranquilas. Tomaba, por convencimiento, aguardiente de la más alta calidad.<br /><br /><strong>Germán</strong> se limitaba a responder cortésmente, sonriendo más por simpatía que por encanto. En ese entonces tenía ya una relación de dos años muy bien consolidada con <strong>Johnny</strong>, a quien adoraba con amor infinito, a pesar de la postura de sus amigos inmortales.<br /><br />Llegado el momento de la celebración de un aniversario del lugar, nos invitó a un evento especial, a lo que respondimos con un hermoso ramo de flores de felicitación y agradecimiento. Ese detalle dio inicio real a nuestra amistad. <strong>Ariel</strong> desapareció de escena -por motivos ajenos a nuestra razón- y entre nosotros se cultivó una cercanía llena de momentos compartidos, de recuerdos de una infancia con las cosas comunes de la coetaniedad. Nos volvimos, mi <strong>Bebé</strong> y <strong>yo</strong>, mobiliario del sitio, asisitiendo de jueves a sábado sin falta, especialmete en los momentos económicamente más críticos cuando -por decisión no solícita- <strong>Germán Camilo</strong> permitió nuestro ingreso sin erogación alguna, sin más razones que su amistad incondicional.<br /><br />Para mí esa amistad representó mucho más de lo que se puede expresar con palabras. Fue con él con quien me dí la licencia de conocer el único fármaco ilegal que he probado en la vida, fue con él con quien me permití embriagarme con la seguridad de no ser jamás calificado, fue con él con quien compartí cuatro años seguidos la Navidad que no quise pasar en familia. Fue mi hermano escogido. Casi mi amigo del alma.<br /><br />Un buen día me alejé, sin malas intenciones, solo con la idea de dejarlo descansar.<br /><br />Algún día recibí una llamada mal intencionada, hablándome de una penosa enfermedad que lo agobiaba. Muchas noches fuimos con <strong>Ricardo</strong> a buscarlo, en su escenario natural, sin encontrarlo. La última vez que lo vimos, alcanzamos a presentarle a <strong>Eduardo</strong>, fue una noche allí en el vestíbulo del bar, en donde con mucha frecuencia pasamos nuestras noches de tertulia, y palidecí ante la realidad inverosímil del monstruo que se lo tragaba, no sin oponer la fuerte resistencia que su espíritu de lucha siempre le dictaba.<br /><br />Tras muchas crisis superadas, recayó sin aviso.<br /><br />El jueves 24 falleció al finalizar la tarde. <br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">La noche del sábado 26, por iniciativa del <strong>Jocker</strong> y de <strong>Joey</strong>, estuvimos bailando en <strong><em>Fercho´s</em></strong>. Aunque mi ánimo no era el mejor, decidí rendir homenaje de esa manera al amigo que acabábamos de dejar en las puertas del cielo. Me llené de una energía inusitada, como la que él se gozaba en mí. La complicidad de la noche me permitió llorar en silencio en el hombro de mis niños sin que nadie se percatara por ello. Pasé la noche en vela recordando todos y cada uno de nuestros momentos -todos bellos- compartidos. Sirvió de homenaje incluso el enfurecimiento de mi <strong>Nené</strong> por mi actitud incomprendida, habría sido del encanto del amigo ausente recordando las no menos monumentales pataletas de su joven pareja. Lloré en silencio como hace mucho no lloraba, como se llora a un propio muy querido.<br /><br /></div><div align="justify"></div><div align="justify">Perdona <strong>Eduardo</strong> por haberme ausentado, perdonen amigos por haberme escabullido sin despedida, perdonenme contertulios por no haber estado a la altura del lugar esa noche. Perdona <strong>Villamizar</strong> por no haberte invitado oportunamente para haberle pateado el culo al destino.<br /><br />Duele putamente con impotencia, duele con el dolor de la ausencia a la que me sometí por no joderlo. Mi respeto para él en su morada. Mi solidaridad con <strong>Johnny</strong> en su soledad acompañada. Mi cariño a <strong>Rúben</strong>, <strong>César</strong>, <strong>Maya</strong>, <strong>Jorge</strong>, <strong>Giova</strong>, <strong>Lucho</strong>, <strong>Charlie</strong>, ellos sí que lo supieron acompañar, aún desde la distancia, hasta el final, hasta su última morada.<br /><br />Dolor de ausencia, dolor de muerte, martirio de soledad.<br /><br /><strong>Germán Camilo</strong>, en tu hogar espéranos para continuar la rumba desenfrenada que le hizo más falta a nuestro corazón. Y, por Dios, perdóname.<br /><br /><br />...<br /><br /><br />Ahora <strong>Ricardo</strong>, <strong>Bebito</strong>, creo que no hacen falta palabras.<br /><br /><a href="http://2.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWUX02DY9I/AAAAAAAAAA0/tXjZ7W6JJ7Q/s1600-h/RicardoyJavieRodrigo.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072623692345992146" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWUX02DY9I/AAAAAAAAAA0/tXjZ7W6JJ7Q/s320/RicardoyJavieRodrigo.JPG" border="0" /></a><br /><br /><a href="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWT_k2DY8I/AAAAAAAAAAs/uFacS7Z-epE/s1600-h/Javier-Ricardo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072623275734164418" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWT_k2DY8I/AAAAAAAAAAs/uFacS7Z-epE/s320/Javier-Ricardo.jpg" border="0" /></a><br /><br /><a href="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWUpU2DY-I/AAAAAAAAAA8/egGi75igsNc/s1600-h/HPIM0087.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072623992993702882" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWUpU2DY-I/AAAAAAAAAA8/egGi75igsNc/s320/HPIM0087.JPG" border="0" /></a><br /><br /><a href="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWU3k2DY_I/AAAAAAAAABE/dLZV5wNIZ5M/s1600-h/HPIM0550.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072624237806838770" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWU3k2DY_I/AAAAAAAAABE/dLZV5wNIZ5M/s320/HPIM0550.JPG" border="0" /></a><br /><br /><a href="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWVBU2DZAI/AAAAAAAAABM/SBPPUKBuDMA/s1600-h/Sin+t%C3%ADtulo1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5072624405310563330" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; CURSOR: hand" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RmWVBU2DZAI/AAAAAAAAABM/SBPPUKBuDMA/s320/Sin+t%C3%ADtulo1.jpg" border="0" /></a></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-63795486245660488172007-05-17T16:03:00.000-05:002007-05-17T17:37:57.412-05:00Por poco y no regreso<a href="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RkzZDyQeaVI/AAAAAAAAAAk/AoMecnelPco/s1600-h/dafneyricardo.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;" src="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RkzZDyQeaVI/AAAAAAAAAAk/AoMecnelPco/s320/dafneyricardo.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5065662339938675026" /></a><br /><div align="justify">Estoy tratando de estrenar cara. Es mucho lo que ha sucedido desde la última vez, tendría mucho por escribir. La vida casi que nos ha dado un vuelco, que poco a poco iré comentando. He editado varias entradas, he eliminado otras que no consideré de mucho interés. Le debo una gran disculpa a todos los que se sintieron excluidos, pero la verdad no encontré otra forma de "salir de la blogósfera" sin que fuera limitando la entrada a TODOS. Es decir, no se trataba de si eran amigos o no, ni mi Bebé, ni mi Nené, ni los habituales. NADIE tuvo acceso hasta hoy.<br /><br />Eso, como era de esperarse, ocasionó que una gran cantidad de bloggers me sacaran de sus enlaces. Más de uno en la calle me miró con rencor. En el MSN inadmitieron mi nombre en tropel. Quedé solito. Mi Bebé aún se pregunta por qué diablos llevamos más de cinco años durmiendo juntos y no lo considero tan amigo como para permitirle el ingreso a mi blog. Y el nuevo novio no me perdona el agravio de habernos conocido y haberlo excluido sin explicación. </div><div align="justify"><br />¡Horror!<br /></div><div align="justify"><br />Imploro perdón. Sigo peleando con la subida de las imágenes, la plantilla no acaba de gustarme, no sé si quiero o no comentarios ya que pretendo escribir, mejor dicho, seguir escribiendo para mí sin lugar a la crítica, je je je jé.<br /></div><p align="center"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RkzIHyQeaTI/AAAAAAAAAAU/NI07Ic6-4v4/s1600-h/Mis+ni%C3%B1os.jpg"></a></p><div align="justify">Desde la últma vez he rumbeado poco, mis vicios húmedos se han limitado a la trieja. Sigo sin hablar con mi hermana y cada vez más distanciado de la relación familiar. Mi Mamá casi no se atreve a decirme que no le agrada que haya un tercero rondando en mi relación. El trabajo no ha cambiado mucho, la verdad; las cirugías de siempre sin que merezca aún un pleito médico-legal por un resultado desasatroso. Los negocios se van puliendo y los líos de sociedades sin mucho nuevo qué decir. Ojalá resulte algo serio de verdad y pronto, porque esta inercia me está matando y me mantiene con el genio alborotado. Los que "pagan el pato" son mi Bebé y mi Nené. De rodillas les seguiré pidiendo perdón por eso. </div><br /><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify">Bueno, este es solo un post de prueba, para seguir escribiendo después.</div><br /><br /><div align="justify"></div>A mis niños, que los AMO.<br /><br /><div align="justify"></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-86340814869302242302007-01-15T09:07:00.000-05:002007-05-17T16:01:47.519-05:00Wayoo<a href="http://3.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RkzCqiQeaSI/AAAAAAAAAAM/lgy-YyPuRSQ/s1600-h/50+con+51.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;" src="http://3.bp.blogspot.com/_zjlGlWJz-14/RkzCqiQeaSI/AAAAAAAAAAM/lgy-YyPuRSQ/s320/50+con+51.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5065637716891167010" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#663366;">En la madrugada del 24 de diciembre estuvimos en <strong><em>Splash</em></strong> -la discoteca de moda en la hermosa capital de Antioquia-, después de haber pasado un rato por <strong><em>Feathers</em></strong>, el tradicional sitio de rumba al que exactamente un año antes habíamos llegado directamente desde el aeropuerto, ubicado entonces a pocos pasos del parque principal de Itagüí. Allí -en el 2005- desfiló, fabulosa, <strong>Tatiana de los Ríos</strong>, en medio de una algarabía propia de maricas que le daba sentido pleno al nombre del lugar. El sitio era empalagoso, por eso mismo delicioso. Ese día la entrada fue apretadísima y tuvimos la suerte, cuándo no, de haber sido los últimos admitidos de una tanda que sería la última en entrar antes de dar la media noche. El lugar estaba abarrotado, al ritmo del primero, debíamos movernos todos. Era maravilloso. No cuenta la nueva sede, infortunadamente, con la misma magia aunque pretende mayor esplendor. En pocas palabras: perdió el encanto.<br><br><br /><br />Fue precisamenrte esa noche, la madrugada del 24 de diciembre de 2005, la última vez que vi a <strong>Milo Gasa</strong>. Hacía algunos pocos años que no lo veía, sin embargo no podía olvidar a ese niño que tiempo atrás, ocho años cumplidos este mes de enero, había conocido en un paseo "comunitario" que a modo de encuentro había organizado el líder de un grupo de amigos que entonces chateábamos por la red usando el -nunca suficientemente bien ponderado- recurso del IRC.<br><br><br /><br />El nivel de alcoholemia, para ninguno de los dos, seguramente no era el más adecuado, pero nos fundimos en un grato abrazo que bien podía demostrar el aprecio y el cariño que -a pesar de la distancia- con mucho respeto, nos hemos profesado. En ese entonces él no era <strong>Milo Gasa</strong>, yo tampoco <strong>JavieRodrigo:.</strong> La aparición en escena surgía con los nicknames propios del monitor por medio del que a diario nos acercábamos. Gay <strong><em>Colombia</em></strong> era un salón de conversación en el que charlábamos, jugábamos, cantábamos, recitábamos, incluso peléabamos. De sexo poco, por lo menos en la ventana general casi que ausente. Fue, mientras existió, un canal de amigos -invisibles, tácitos, ajenos-, pero amigos.<br><br><br /><br />Fueron varios los encuentros que se organizaron, Cali, Medellín, Bogotá, Pereira... Para mí el que se realizó en éste último lugar, que no fue el último encuentro -ni más faltaba-, y que no fue en Pereira sino en Cartago, fue el más entrañable de todos. Casi sesenta locas logramos convivir sin matarnos, bueno, casi, durante tres espectaculares días, el primer puente festivo de ese año. A la llegada, la única identificación era el nickname con el que cada uno se nombraba frente al monitor. Eso era motivo suficiente para el gran recibimiento que entre besos y abrazos selló amistades de años entre absolutos desconocidos. <strong>Wayoo</strong> era yo, sigo siendo. Antenoche en <strong><em>Lottus</em></strong> aún me reencontré con personajes de la época a quienes nunca les ha hecho falta saber más de mí que dicho nombre. El abrazo de siempre. Delicioso reencuentro. Delicioso como el de hace poco más de un año con <strong>Milo</strong>.<br><br><br /><br />Era entonces uno de los más jovencitos del paseo. Llamaba la atención su buena e incondicional disposición para todo. Su mirada determinante a pesar de la juventud, su cabello claro brillante. Fue algo así como el consentido (¿deseado?) de los veteranos del grupo. Después de dicho encuentro nos vimos un par de veces más, ocasionalmente cruzamos mensajes por <em>e-mail</em>, lejanamente estuvimos comunicados o referenciados por terceros.<br><br><br /><br />Cuando en la madrugada de este último 24 nos vimos en <strong><em>Splash</em></strong>, ambos con menor grado alcohólico que el año anterior, tuve la certeza de un abrazo más profundo, sin saber por qué. Pero presentí la develación de una identidad extraviada en mi recóndito y envejecido cerebro. Mi alegría fue suprema cuando se mencionó como <strong>Milo Gasa</strong>, el abrazo se apretó más que de costumbre. Lo suponía, incluso lo había comentado con mi <strong>Bebé</strong> en su momento. Aún no dejo de lado el asombro, porque el que yo conocía lo suponía fatuo y superficial, no por eso menos entrañable. Leo y releo su blog y me impresiona, me arroya con sabiduría y capacidad de análisis.<br><br><br /><br />Esa misma madrugada pregunté por su abuela. Me dijo que había pasado el día en el hospital, que solo quedaba esperar un desenlace que ya en sus ojos lo entendí comprendido como fatal.<br><br><br /><br />Cuando leí tu último post, <strong>Milo</strong>, sentí la hermosa revelación de la verdad sobre la muerte de un ser querido. Desde mi escaso entendimiento te acompaño y te admiro. Te admiré, te admiramos, cuando con mi Bebé el 26 de diciembre buscamos la esquina de <strong><em>Palacé</em></strong> con <strong><em>Colombia</em></strong> y nos tomamos fotos, allí en la 50 con 50. Buscamos reconocer el sentido del medellínense que te proclamas orgulloso. Disfrutamos como nunca de tu maravillosa cuna.<br><br><br /><br />Sea esta, <strong>Milo</strong>, la más sentida y sincera expresión de un sentido pésame, con la seguridad de un mejor porvenir para ella. Por tu entereza, por tu amor inmenso, mi más profundo respeto,<br><br><br /><br /><strong>Wayoo</strong>.<br /></span></div><br><br>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-86082595401671182342006-12-18T16:45:00.000-05:002007-05-17T15:38:49.799-05:00De todo un mucho...<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#006600;">Creo que dadas las circunstancias de la fecha, las vacaciones blogeriles propuestas, los caldeados ánimos y la multiplicidad de problemas que extrañamente se han acumulado para esta época, este será el último post del año. Por ahora no tengo muchas ganas de más tampoco. Aprovecharé, por ende, a escribir tan largo como pueda para no dejar tema entre el tintero.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>Primero el viaje Bogotá - Pereira</center></span><br><br><br />Con <strong>Ricardo</strong> es la primera vez que hacemos uso del transporte público intermunicipal para viajar fuera de Bogotá. Yo había considerado prudente conseguir los pasajes con suficiente anticipación. El viaje lo programamos para el jueves siete, en la noche de las velitas, pero el miércoles anterior en la noche ya en <strong><em>Bolivariano</em></strong> no había tiquetes. A mí se me ocurrió, ¡absurdo yo!, comprar los pasajes en <strong><em>Velotax</em></strong>, que fue el transporte intermunicipal de cabecera en mi más tierna infancia, cuando viajaba con frecuencia semestral entre Bogotá y el eje cafetero, normalmente por la vía de Manizales. Diez y treinta de la noche sería nuestra hora de salida, transporte expreso Bogotá - Pereira. El día del paseo estuvimos a las nueve y media en el <strong><em>Terminal de Transportes</em></strong>.<br><br><br />Nuestros puestos justamente detrás del conductor, un hombre alto muy alto, casi cuadrado dimensionalmente, acompañado por un hijo alto muy alto, altísimo, y -a cambio de su padre- enjutísimo de figura, de cara casi bonita, con actitud atorrante de adolescente todopoderoso e inmamable, literalmente inmamable. Durmió buena parte del camino encorvado en el piso, justo al lado mío.<br><br><br />Contrario a lo que sucede con los expresos de <strong><em>Bolivariano</em></strong>, no había ningún tipo de aislamiento entre el cubículo del conductor y el resto del bus. Ya cuando abordamos el vehículo, muy cerca de las once de la noche, estridecía una música que haría imposible cualquier descanso a lo largo del viaje. ¡Absurdo yo! Creí que iba a tener oportunidad de escuchar algo bonito durante el camino, aunque se tratara de uno de los ya añejos éxitos de <strong>Celedón</strong>, pero, ¡absurdo yo!, se trató de un tormentoso recorrido lleno de la música que siempre evito pero que con seguridad mantendría al conductor en sus cinco sentidos.<br><br><br />Mi mayor preocupación consistía en la incomodidad de <strong>Ricardo</strong>, que nunca ha tolerado la música en las noches, menos aún cuando no es de su gusto. No bien había arrancado el expreso y antes de llegar al primer control, justo a la misma salida del <strong><em>Terminal</em></strong>, él estaba profundamente dormido, como la más tierna versión de la Bella Durmiente del bosque. Le cuidé el sueño todo el camino, dormitando liviano como estaba entrenado para soportar las largas noches de turno en urgencias. Lo acobijaba, le acomodaba la cabecita, le calentaba las manos, le cubría las piernitas, lo consentía aprovechando la complicidad de la noche.<br><br><br />En Ibagué hubo cambio de chofer, sin entrar al <strong><em>Terminal</em></strong>, justo al borde del camino. Antes de cruzar sobre el Combeima, una dama -seguramente embriagada- se mandó contra el bus desde la acera, pero con chofer nuevo "el quite" fue suave y oportuno. Eran pasadas las tres de la madrugada.<br><br><br />A las seis y media de la mañana, después de una cortísima parada en el <strong><em>Terminal</em></strong> de Armenia, hicimos la entrada triunfal en la trasnochadora, querendona y morena ciudad de Pereira. Mi Bebé absolutamente descansado después de una plácida noche de profundo sueño. Yo todo lo aporreado que podría haber quedado después de una aterradora noche de turno de las que ya hace años no me tocan. Había en el ambiente el olor a la humedad de una madrugada lloviznosa.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>Pereira - Quimbaya</center></span><br><br><br />La noche de las velitas la pasaron, <strong>Mary</strong> y <strong>Fredy</strong>, en una finca en Combia, un corregimiento de Pereira que está ubicado sobre la vía que conduce a Marsella. <strong>Julianita</strong> durmió en casa de una compañerita en el conjunto residencial <em>Ciudad Pereira</em>, que está localizado a la entrada que de Armenia conduce a la "Perla del Otún". En la noche, antes de partir, <strong>Ricardo</strong> había marcado al celular de su <strong>Mamá</strong> y de su sobrina para asegurar que tendríamos a dónde llegar. Ante la imposibilidad de confirmar en ese momento, en cuanto bajamos del bus lo primero que hizo fue llamar a <strong>Mary</strong> que confirmó estar esperándonos en el apartamento. Llegamos y lo primero que recibí fue el apretado abrazo de <strong>Fredy</strong>, que viene a ser algo así como mi suegrastro. Evidentemente estaba "rascado". <strong>Mary</strong>, por su parte, no se quedaba atrás en alegría.<br><br><br />Casi inmediatamente salimos a buscar desayuno, <strong>Ricardo</strong> rebozante de energía, yo anhelando el profundo descanso de dos míseras horas en una cama. Estuvimos en el centro, en la Plaza de Bolívar, tomando lo que cada uno quiso, invitación de mi adorada suegra. Recogimos a <strong>Julianita</strong>, llegamos, salimos a recoger a <strong>Claudia</strong> <strong>Mary</strong>, compras en el <strong><em>Éxito</em></strong>, visita a la tía <strong>Sadith</strong>, llegamos de nuevo, nos bañamos esta vez separados (je je je, no llega a tanto la confianza familiar), pedimos un almuerzo que se hizo eterno.<br><br><br />Mientras llegaba el pedido de <strong><em>Frisby</em></strong>, curiosamente un vecino le pidió el teléfono prestado a <strong>Mary</strong> para solicitar almuerzo a domicilio. ¡No lo podía creer! Era <strong>Gary Tovar</strong>, un auditor médico con el que tuve oportunidad de trabajar en Villavicencio. Aunque yo sabía que él había empezado algún trabajo con la <strong><em>Clínica</em></strong> <strong><em>Risaralda</em></strong>, jamás imaginé que fuera el vecino del apartemento frente al de mi suegris. Hablamos de lo lindo, me comentó de sus planes, de lo bien que le ha ido allí, de la salida de Villavicencio, de las llamadas del HP <strong>Jaime García Roa </strong>para ofrecerle nuestros puestos y salarios, en fin. Muy curioso el encuentro, muy agradable saber que se le valora a uno profesionalmente aunque eso no produzca los frutos que uno esperaría. Esperaré volverlo a ver pronto, espero la pronta recuperación de su señora que tuvo que ser operada de urgencia en la <em><strong>Fundación</strong></em> <strong><em>Valle del Lily</em></strong> en Cali por una urolitiasis. Espero que tenga junto con su familia una muy feliz Navidad y que el próximo 2007 llegue cargado de prosperidad. Sonó a frase de cajón, pero de verdad lo deseo para él. Pueda ser que no me equivoque.<br><br><br />Nos habían programado convenientemente para ir a ver el alumbrado en Quimbaya, un paseo megafamiliar. El percance, que no podía faltar, consistió en "coger" un hueco cubierto por un charco y reventar la llanta. Terrible, perdí puntos a pesar de estar conduciendo el 626 de la suegra como un príncipe. Pero en medio de la pertinaz llovizna, llegamos, parqueamos y anduvimos todo el pueblo.<br><br><br />A pesar de haber oído bastante de la belleza de esta fiesta, nunca había tenido la oportunidad de verla. La mayoría de sus calles literalmente se tapiza, entre las siete y casi las diez de la noche, de hermosos faroles con los que cada cuadra compite en creatividad y colorido. Es precioso el espectáculo, opacado un poco por el desorden de los transeuntes para hacer el recorrido. Deliciosas ventas callejeras, obleas rebosantes de arequipe y otros dulces, ensaladas de fruta ingeniosísimas y el licor de la región que no falta. La visita a los familiares que, de no ser por la ocasión, seguramente vivirían abandonadamente olvidados. En fin, todo un show de placer no propiamente sexual, a pesar de haber jugado buena parte del recorrido con acariciarle las bolitas a mi <strong>Bebito</strong> sin que nadie más se percatara.<br><br><br />Para el camino de regreso, igual que el de ida, escogimos la vía por Alcalá, entrando a Pereira por San Joaquín, bastante curva pero sin peajes. En términos generales, y a pesar del percance de la llanta, todo según lo esperado. Llegamos, dejamos a la gente en la casa y <strong>Ricardo</strong> y yo salimos a dar una vuelta por la ciudad para apreciar el alumbrado navideño, muy lindo por cierto. De regreso me quedé dormido, estaba rendido. Mi <strong>Bebé</strong> se burló de mí, pues se trocaron los papeles. Recogimos a <strong>Julianita,</strong> que se había refundido con alguna otra familia del camino, cenamos alguna cosa exquisita y directo a dormir. Me sentía de recoger con cucharita.<br><br><br />Esa noche, en medio de la rendidez cansada, desperté sobresaltado al sentir que <strong>Ricardo</strong> se abalanzó sobre mí sin saberse despierto todavía. Hizo tanto ruido que tuve temor del despertar sombrío de alguien de la casa. Pero al parecer el sueño profundo rondaba el resto de espacios familiares. Yo estaba muy cansado como para oponerme, además nunca suelo hacerlo. Según términos que usaría el <strong>Bizcochito</strong>, me dio una maceteada que me dejó como para no poder caminar. Y tuve, gracias a una mamada espectacular, una venida como si tuviera leche acumulada de varios días atrás. Creo que solo en el momento de las múltiples eyaculaciones, fuimos plenamente conscientes del delicioso rato.<br><br><br />Esa mañana, la del sábado, desperté y ya estaba <strong>Mary</strong> preparando desayuno. Yo con ganas de entrepiernarme otro ratico junto a mi <strong>Bebé</strong>, pero fue imposible. Ya todo estaba fríamente calculado para hacernos levantar a todos. Por poco, en una de sus entradas a la habitación (olvidé asegurar la cerradura), me pilla sobre <strong>Ricardo</strong>.<br><br><br />Desayunamos, recibí la visita de una amiga de <strong>Mary</strong> que deseaba consultar sobre la posibilidad de contornear su cuerpo, frijolada de almuerzo, baño, en la tarde ir de paseo al centro comercial, comer helado, paseo por <strong><em>MegaBus </em></strong>hasta Dosquebradas, mojarnos con la impertinente lluvia decembrina, compra de los ingredientes para el postre que ofrecimos, casa, preparar postre y esconderlo para que mi suegrastro, que es bastante menor que yo, no lo probara antes de tiempo y salida para Termales.<br><br><br />Las Termales de Santa Rosa de Cabal fueron las primeras que conocí en la vida, incluso antes que las de Paipa. El sitio más tradicional para disfrutarlas es el <strong><em>Hotel Termales</em></strong>, ubicado a once kilómetros de la Plaza central del pueblo, que a su vez está localizado muy cerca de Pereira, por la vía que conduce a Manizales. La carretera, extrañamente, estaba poco transitada, y desde el Alto de los Madrazos (Alto de Boquerón, desde donde se divisan simultáneamente las ciudades de Pereira y Manizales) tuvimos una maravillosa visión reveladora de mi pasión por la región cafetera.<br><br><br />Llegamos al hotel, pagamos el ingreso, nos cambiamos y disfrutamos de esas hermosas instalaciones hasta pasada la media noche. A <strong>Julianita</strong> le encantó el paseo. <strong>Claudia Mary</strong> estaba que no se cambiaba por nadie. <strong>Ricardo</strong> y yo disfrutamos de lo lindo observando el abdomen achocolatinado de un par de especímenes preciosos, que bien nos quitaron el aire buena parte de la noche. El contraste entre el agua ardiente y el chorro helado nos reconfortaron. Una de las mayores ventajas de esas aguas es que no tienen el pesado olor del azufre. Su color es levemente rojizo por la presencia de hierro y cobre. Se pasa delicioso. De regreso en Pereira, nuevamente cenamos alguna cosa deliciosa en un sitio que le encanta a mi <strong>Bebé</strong> y quedamos fundidos en el más relajante de los sueños.<br><br><br />El domingo el desayuno impertinente, mi suegra insistiendo en la conveniencia del calor salvaje para aprovechar la comida, <strong>Fredy</strong> cada vez más impertinente en acciones y comentarios. Pensé en que a pesar de la reciente pelea con mi hermana y mi <strong>Mamá</strong>, el paraíso familiar era irrepetible gracias a nuestro silencioso convivir mudo. Gracias dí al cielo sin esperar que me escuchara.<br><br><br />Con la excusa de esperar la visita de una sobrina política de <strong>Mary</strong>, que quiere operarse el contorno, truncamos buena parte de nuestro día. Aprovechamos un ratico después del baño para tirar deliciosamente, esta vez yo enculándolo a mi <strong>Bebé</strong>. Se anunció para las once de la mañana, se reportó desde Tuluá a la una de la tarde. A las tres y media pasadas llegó impertérrita y me tuvo casi hasta las cinco ocupado en detalles de su posibilidad quirúrgica. Por poco convulsiono. Así pretendía <strong>Mary</strong> también que la acompañaramos a un <em>baby shower</em> antes de partir hacie el <strong><em>Terminal</em></strong> para regresar a Bogotá.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>Por fin Bogotá</center></span><br><br><br />Los dejamos, a ella y a <strong>Fredy</strong>, en donde <strong>Nohra Rodas</strong>, muy querida ella. Fuimos al centro comercial <strong><em>Pereira Plaza</em></strong>, comimos alguna cosa consistente, corrimos a recogerlos, nos llevaron sobre el tiempo al <strong><em>Terminal</em></strong>. Por fortuna, pensé yo, habíamos comprado con anticipación los pasajes de regreso, en <strong><em>Bolivariano</em></strong>. Yo había guardado el tiquete como el más preciado de los tesoros. Entramos corriendo, yo me paré con la maleta cerca de la puerta de embarque al Scania que nos traería de regreso a la capital. Sentí, en medio del tumulto, el llamado angustioso de <strong><em>Ricardo</em></strong> desde el aparador de atención de la empresa. Sí, compramos el tiquete con tiempo, pero para una fecha distinta, nuestro bus había salido veinticuatro horas antes con nuestros puestos desocupados. !HORROR! No lo podía creer. Afortunadamente a las nueve de la noche salía una buseta en servicio expreso hasta Bogotá. Puestos separados, no había otra posibilidad. Eso sí, muy en punto de las nueve arrancamos. Antes de pasar por la rotonda en la que queda ubicada <strong><em>La 14</em></strong>, <strong>Ricardo</strong> estaba roncando. ¡Tan divino mi <strong>Bebé</strong> dormilón! Este viaje sí un poco más cómodo, sin música, sin arandelas. A las cuatro de la madrugada estábamos tomando el taxi que nos llevaría hasta el apartamento, con el tiempo justo de desempacar maleta, alistar baño y salir corriendo a cumplir la jornada laboral que a cada uno de nosotros nos tocaba.<br><br><br />Balance del paseo: muy aceptable sin haber sido excelente. Pasamos rico: dos objetivos cumplidos, el alumbrado de Quimbaya y las Termales de Santa Rosa de Cabal. Dos pendientes: el parque temático y la trucha en el Valle de Cocora. La mitad no está mal, más teniendo presente que es mucho más de lo que normalmente podemos disponer de nosotros en Pereira.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>La presentación en sociedad</center></span><br><br><br />Durante la semana no se hizo mucho que merezca ser contado. Cambiamos la representación legal de la empresa con la que estamos peleando, <strong>Ricardo</strong> dañó el portátil de la oficina regando una aguapanela encima, ires y venires con abogados, la tiradera normal de siempre, en fin, nada de interés supremo. Sin embargo el miércoles llegó una invitación para subir a <strong><em>El Clóset</em></strong> el día viernes, para seis personas y como regalo recibiríamos una botella de licor. Confirmé e invitamos.<br><br><br /><strong>Germán</strong>, <strong>Leonel</strong>, <strong>Ángela</strong>, <strong>Ricardo</strong> y <strong>yo</strong> fuimos los depositarios de la invitación. No encontramos (¿o no quisimos buscar?) un sexto. Salimos del apartamento de <strong>Germán</strong>, en donde previamente habíamos cenado pasta rellena de carne acompañada por un pesto delicioso y albóndigas en salsa de tomate. Mi <strong>Bebé</strong>, por su parte, tuvo que contentarse con unos emparedados de pollo enlatado, que a la postre salieron más ricos que todo el resto. Encontrar a <strong>Leonel</strong> fue todo un programa, por poco y llegamos tarde. Se perdió en la estación de Ricaurte y ya podrán imaginar que para darle indicaciones <strong>Ricardo</strong> hizo alusión desde el plano cartesiano hasta la ubicación de los a esa hora invisibles cerros orientales bogotanos. Para un retoño de médico bumangués, ese tipo de orientaciones no son de mucha utilidad. Somos oligofrénicos por naturaleza, de otro modo no habría cómo explicar que se nos ocurra estudiar la cada vez más vilipendiada y degradada profesión liberal, con la pretensión de curar cosas que comprendemos incurables cuando ya echar para atrás sería más osado que lograr tan siquiera el anhelado cartón licencia para matar. Pobre <strong>Leo</strong>, pobres nosotros todos los médicos. En fin, a lo que vinimos vamos.<br><br><br />Llegamos a la discoteca, el casting muy flojo, la música inmejorable, encuentro con varios amigos y conocidos, abrazos, bailoteos, poco licor (entre los cinco bebimos menos de media botella), mi <strong>Bebé</strong> muy contento, <strong>Angelita</strong> imparable (¿a quien en sus cinco sentidos se le ocurre -el día de su cumpleaños- cambiar una maravillosa fiesta con orquesta y parrando vallenato incluido, por subir a mariquear a La Calera con un amigo y un trío de apenas conocidos?), <strong>Leonel</strong> a la expectativa de todo lo que pudiera suceder, yo medio mamado pero contento a pesar de haberme cruzado con una de mis más agudas culebras. Bajamos de allí casi a las tres de la mañana. No dejaba de rondarme en la cabeza el anuncio que <strong>Ricardo</strong> me hizo cuando nos encontramos en donde <strong>Germán</strong> empezando la noche: "mañana tenemos almuerzo donde mis compañeros de trabajo".<br><br><br />Cuando las cosas le estaban saliendo tan mal a mi <strong>Bebé</strong> ese viernes fatal de oficina, entre otras cosas por el daño del portátil en el que adelantaba su nuevo proyecto, su compañero de labores no dejaba de atormentarlo con una invitación a almorzar el día siguiente en su apartamento nuevo para estrenar los muebles que recién acababa de comprar. El motivo del tormento era el requerimiento de llegar con la novia, a lo que <strong>Ricardo</strong> nada respondía. En medio del agobio y del mal genio por lo acontecido les dijo, a <strong>Diego Armando</strong> su compañero y a <strong>Javier Andrés</strong> su líder de proyecto, que no lo jodieran más, que él no tenía novia, que de eso nunca había usado porque desde niño tiraba sólo con novios. No se hicieron esperar las indagatorias al respecto, que él con poco ánimo resolvió una a una hasta llegado el momento de la salida, cuando se despidió hasta el próximo lunes, siendo increpado por el presunto anfitrión para que no faltara a la cita ese sábado muy en punto a la una de la tarde, acompañado por su cirujano de cabecera.<br><br><br />Yo no sabía qué decir ni qué pensar. La famosa reunión, en la que cada uno estaría acompañado por su "dama", podría pasar a ser todo un desastre, precisamente por todo el desplante al que nos tienen acostumbrados los heterosexuales, más dentro de ambientes de absoluta masculinidad como son normalmente las oficinas. No yendo muy lejos, la noche del jueves, cuando se disponían a ir a la fiesta de Navidad y de fin de año que ofrece la empresa, <strong>Javier Andrés</strong> comento su incomodidad, la de sus congéneres y familiares por tener de nuevo vecinos al Centro LGTB que la <strong><em>Alcaldía Mayor de Bogotá</em></strong>, junto con otras entidades inauguraron esta semana en la localidad de Chapinero. "Porque la mariconería siempre trae detrás a las putas, a la corruptela y a la degradación". ¡Cerrados heteros!<br><br><br />Me arreglé dentro de la informalidad lo mejor que pude, le pregunté sobre la actitud que esperaba asumiera frente a sus amigos, le sugerí que lleváramos vino y postre como un par de buenos maricas, le rogué que llegáramos temprano o que llamáramos para justificar el retraso.<br><br><br />Pasada la una y media de la tarde llegamos al lugar. Fuimos recibidos por <strong>Diego Andrés</strong> y su amiga con total naturalidad. Muy queridos, muy puestos todos. No llegaron los muebles, no llegó la nevera, mejor dicho, con suerte se pudo preparar la pasta con salsa de carne, que mi <strong>Bebé</strong> acompañó solo con parmesano. Al rato llegaron <strong>Javier Andrés</strong> y señora. Muy simpático él, la tenía viva pues había bebido hasta bien entrada la mañana. Enamorado de su mujer, un straight muy extraño en su proceder de pareja. Nos agradó mucho su actitud. Pasamos una buena tarde, hablamos de todo un poco (menos de trabajo), reimos mucho, pasamos bien. Creo haber pasado la prueba aunque mi <strong>Bebé</strong> no ha hecho comentario alguno. <strong>Diego Armando</strong> es un llanero muy, pero muy bonito, sueño húmedo de much@s. <strong>Javier Andrés</strong> es un rolito risueño, buena persona, arrollador si se lo propone, algo homofóbico, no lo puede negar, pero respetuoso de los espacios y las personas. La amiguita de <strong>Diego Armando</strong> una pereza, desgarbada, sin gracia alguna. La esposa de <strong>Javier Andrés</strong> muy neutra, una flaca bonita, ni fu ni fa, una fiera en su casa, lo tiene marchandito. Je je jé. Lo mismo dirán de <strong>Ricardo</strong>, me trae alineadito (¡jamás alienado!).<br><br><br />El vino y el postre cayeron como anillo al dedo. Fueron buena elección.<br><br><br />Ellos se fueron para casa de <strong>Javier Andrés</strong> a hacer la primera novena, nosotros caminamos hasta casa de <strong>Germán</strong> a buscar qué hacer de sábado en la noche.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>La rumba en el Restrepo</center></span><br><br><br />De unos días para acá hemos venido experimentando rumba fuera de nuestros escenarios naturales. Así bien empezamos a visitar lugares en Chapinero, pasamos un par de noches por la Primera de Mayo, esculcamos poco a poco los rincones que encontramos en las guías gay de Bogotá. Pues bien, el sábado nos fuimos para el Restrepo a buscar rumba gay. Quedamos impresionados por la cantidad y variedad de lugares, que acogen todo tipo de música y usuarios. Sin embargo el único lugar "de ambiente" que encontramos fue todo un desastre, con gente espantosa, música malísima. Salimos despavoridos, preguntando a "babor y estribor" por más posibilidades, pues en una guía de Internet aparecían al menos seis lugares, dos de los cuales rezaban "exclusivo para mujeres", y esos fue los únicos que encontramos. A las once de la noche, después de caminar en círculo completando, diría yo, unos cuatro kilómetros, decidimos ir a Chapinero. La rumba allí no nos apasiona, sin embargo estamos en la aventura de conocer y descubrir. <em>Pinky</em> y <em>Cerebro</em>, decía <strong>Germán</strong>.<br><br><br />En la esquina de la calle 63 con 13, después de parquear el carro frente al bar de <strong><em>Fercho´s</em></strong>, en la 64 con décima, entramos a <strong><em>Plataforma</em></strong>. El primer intento fue para entrar al desaparecido <strong><em>Ra</em></strong>, que le dió paso a otra nueva versión de <em><strong>Metro </strong></em>(una más, nuevo intento de <strong>Jairo</strong>), con barra libre por diez mil pesos hasta las tres de la mañana. No quisimos pagar el cóver para no tomarnos lo que no nos queríamos tomar. Entrar a <strong><em>Dark</em></strong> era ya muy tarde, la culiandanga estaría a esa hora bastante avanzada y con las primeras deserciones por agotamiento. Probamos entonces en <strong><em>Plataforma</em></strong> y nos gustó. Un tercer piso, espacio muy amplio, música interesante, cóver barato, gente normal; nos tocó una pelea de un anciano con un putico, jejeje, o al menos eso parecía. El muchacho no quería demostrar cariño a su patrón, y éste -muy molesto- mechoneó el escaso y ralo cabello que escondía el jovencito bajo una desteñida gorra. Se levantó el primero, partió despavorido el segundo.<br><br><br />Con mi <strong>Bebé</strong> bailamos su música loca, con <strong>Germán</strong> el tropical bailable que tanto nos gusta. Cerca de las dos de la mañana estábamos todos realmente cansados, por la infructuosa caminada del Restrepo, y a dormir tocó.<br><br><br />El domingo de madrugada el primer polvo, me sentí casi deliciosamente violado, en similares circunstancias que la primera noche en Pereira, esta vez con mucho <strong><em>KY</em></strong> de por medio. En la mañana un segundo polvo, antes de bañarnos. En la tarde, justo antes de salir para la novena a la que nos habían invitado <strong>Mauricio Enrique</strong> y <strong>Andrés Bonito</strong>, el tercero, delicioso, mucho semen desperdigado. Este tercero tuvo la culpa de que se nos dañara el postre que aportaríamos para la popular reunión. Un delicioso flan, se secó el agua del baño maría, y se echó a perder cuando estaba casi perfecto. Culpa de las hormonas. ¿Solución? espantosas galletas de la panadería de la esquina. Mucha tristeza, mucho dolor de cocina pero nada que hacer.<br><br><br />Este fue un verdadero domingo de descanso, la mayor parte entre la cama, un rico almuerzo con una torta de tornillos que algún día postearé, sexo reposado, algo de TV. Periódico y a descansar temprano.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>Mi pipí</center></span><br><br><br />Hace cerca de un mes, si mal no estoy, <strong>Tilo</strong> preguntó acerca del apelativo con que cada quien se refiere al miembro viril que anatómicamente recibe el nombre de pene. Pipí es el mío, y el de mi <strong>Bebé</strong>, que ya no sabemos cuál es el de quién, si del que lo usa o lo disfruta, en fin...<br><br><br />Lo describo a sabiendas de convertirme en objeto de todo tipo de burlas y comentarios mal intencionados. En su máximo estado de flacidez, por ejemplo en presencia de frío o en medio de un ataque de pudor extremo, es casi invisible, escondido entre los abundantes pendejos de mi región inguinal. En reposo normal, su tamaño creo que no sobrepasa los siete centímetros, muy arrugadito, del mismo color -acaso un tris más oscuro- que el resto de mi piel. En erección suprema jamás ha sobrepasado los catorce centímetros, medido desde su raíz más profunda. En realidad trece, nunca he llegado a más. Y que nadie me diga que ejercitarlo a punta de pajazos lo hace desarrollarse por encima del promedio, que de ser así -con la actividad a la que permaneció sometido desde casi los diez años, ocasionalmente hasta seis veces en veinticuatro horas- sería yo hoy el mejor dotado de los adonis sin par en este valle de lágrimas. El diámetro, por qué no reconocerlo, sí está un poco por encima del promedio. De hecho nadie, hombre o mujer, se ha quejado hasta ahora porque le falte o porque le sobre. Y aunque el tamaño sí importa, creo tener lo suficiente para que sirva para lo que quiero y necesito, sin llegar a ser objeto de algún tipo de admiración extrema.<br><br><br />Pues bien, bastante frecuente es entre nosotros jugar con el pipí. Que cuando nos acostamos, que me lo tocas y te lo toco, que cuando nos bañamos, que te lo lavo, que me lo lavas (¡ayyy!), que cuando coqueteamos íntimamente, que te lo beso, que me lo besas. Que con sexo vulgar, atroz, soez y descarado (exquisito), que me lo mamas y te lo mamo. Incluso hasta tragarnos la leche disfrutamos.<br><br><br />Esta mañana, saliendo de la ducha, mi <strong>Bebé</strong> jugó a acariciarme el cuerpo. Yo me excité, lo que no es para nada extraño. Entonces jugó a descapullarme el glande, que me da mucha impresión por sentirme desprotegido entre sus dedos (otro detalle, sí, soy incircunciso, y qué, es delicioso). No aguantando yo la manipulación forzosa, dispuso la misma tarea esta vez entre sus húmedos labios. Me hace dar grititos de placer, lo confieso. Se puso en cuatro, arremetí en su culito, que como siempre logró deslechar mi pipí, que siempre tiene ganas con él. Con otro no me funciona. ¡Soy impotente!<br><br><br />A pesar de lo chiquito que lo tengo, me encanta verlo crecer, siempre he sentido eso muy excitante. Colocar la mano sobre una verga dormida y sentirla lograr su tamaño me encandila, me pone a volar. Mi <strong>Bebé</strong> me encanta, adoro a mi <strong>Bebé</strong>, espero que no se moleste mi <strong>Bebito</strong> por revelar estas cosas horribles y espantosas. De hecho espero que este post esté tan mamón de leer que nadie, ni mi <strong>Bebé</strong> bonito, llegue hasta aquí para mirar estas sandeces.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Vacaciones corticas pero sustanciosas. Navidad en Medellín con <strong>Marco T.</strong> y futuro marido. Llegaremos el 23 para rumbear de lo lindo entre paisas sabrosones. Año Nuevo con la familia de <strong>Ricardo</strong> en el eje cafetero. Llegar a trabajar la primera semana de enero, para recomenzar con muy buenos ánimos el que ojalá sea un año próspero de verdad. ¿Que de verdad habrá para mí un año próspero en la vida?<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center><br><br><br /></span><br />La pelea con mi hermana paso a ser con mi hermana y con mi <strong>Mamá</strong>. Con mi hermana no hablo, evitamos cruzarnos. Con mi <strong>Mamá</strong> no es justo, pero ahí vamos mejorando, que no se me quita el rencor en el corazón. Ojalá las novenas familiares logren algo.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center><br><br><br /></span><br />Que el celular que tenía en uso era de mi hermana, tocó devolverlo, pero mi <strong>Bebito</strong> me regaló celular nuevo, de <strong><em>Tigo</em></strong>, a quien tenga <strong><em>Tigo</em></strong> que me escriba al privado y hacemos conferencias.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Que mis mejores deseos porque logren sentir de verdad el espíritu de la Navidad en compañía de todos aquellos que escojan como seres queridos; que los amigos son hermanos que se escogen, que la familia es la que nos toca pero lo único incondicional que en realidad de verdad existe, hay que quererla aunque no nos quieran a nosotros.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Que me mamé de escribir, que esto está muy largo, que felicidades para todos y que espero nos veamos, literalmente hablando, el próximo año. Un abrazo fraterno y un beso perverso para todos.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Que gracias por las nominaciones a los nominadores.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Que el nuevo blogger de <strong><em>El Tiempo</em></strong> me pareció peligroso, radical y no me gusta.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center></span><br><br><br />Que se me siguen ocurriendo cosas.<br><br><br /><span style="color:#cc0000;"><center>...</center><br><br><br /></span><br /><center>Mi Bebito, que te amo.</center></span></div><br><br>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-83021282603291600922006-12-07T12:33:00.000-05:002007-05-17T15:34:30.867-05:00Con rencor en el corazón<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;"><span style="color:#666666;">Anoche, me enredé en una discusión con mi hermana porque pretendí defender a mi sobrinito, porque -como siempre- le encanta hacerlo llorar. A garganta llena me gritó marica, delante de mi <strong>Bebé</strong>, de mi sobrino, de mi <strong>Mamá</strong> y de mi nana. A nadie, de los que viven en el "hogar", le importó ni mierda.<br><br><br /><br />Solo me restó salir, llorar, rabiar. Perdóname <strong>Bebé</strong>.<br><br><br /><br />No me importó que me mariqueara, me importa más que maltrate a mi pequeño. Igual nadie hace ni mierda.<br><br><br /><br />Hoy borré su cuenta de mi PC. Y seguiré esperando que se pudra. Tengo odio en el corazón.<br><br><br /><br />Perdona, célebre inmortal, la verdad de lo que sucedió fue eso. Perdona.<br><br><br /><br /></span></div></span>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-81191708851381309562006-12-05T09:15:00.000-05:002006-12-05T10:39:12.215-05:00La ducha de esta mañana<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#009900;">Antes algunos comentarios muy particulares, el primero para agradecer el saludo de felicitación de <strong>Pe-Jota</strong> por el onomástico que compartimos el pasado tres de diciembre. Efectivamente, tocayo, aquí no es común celebrar estos acontecimientos, sin embargo la coincidencia con el día Panamericano del Médico, hizo que mi familia preparara un delicioso <em>pie</em> de manzana que, junto con mi <strong>Bebito</strong>, disfrutamos al máximo. Espero que tu celebración, cómplice, haya sido en grande.<br><br><br /><br />El segundo para destacar una visita muy especial, de un artista plástico argentino -<strong>Hector Toscano</strong>- muy valiente, grandísimo como persona, que se atreve a lo que a muchos aterra. Mi admiración y mi reconocimiento público. Mil agradecimientos por tu comentario, inmerecida visita a mi rincón bloggeril.<br><br><br /><br />Quedé encantadísimo con <strong>Homo-sapiensis</strong> por el abrazote paisa que me "propinó". Tengo debilidad patológica por los paisas en general y por los medellinenses en particular, no imaginas cuánto (¿celos de mi <strong>Bebito</strong>?). Para mí son "raza" especial.<br><br><br /><br />Mi, nuestro, ofrecimiento en lo que se pueda requerir para lo que se pueda ofrecer para un eventual encuentro de los mejores bloggers del planeta. Disposición incondicional y absoluta dado que los deseos de nuestros "colegas" son órdenes y música para nosotros (¡zalamería directa y franca! ¿Algo me traeré, nos traeremos, entre manos?).<br><br><br /><br /><center>...</center></span><span style="font-family:times new roman;"><br><br><br /><br /><span style="color:#009900;">Ahora sí la ducha de esta mañana, que como todas las anteriores, se inició de la forma acostumbrada: <strong>JavieRodrigo:.</strong>, yo, se levanta, me levanto, me encierro a miccionar y/o deposicionar (¿mejor que orinar y/o cagar?), alisto el baño (temperatura, shampoos, jabones, implementos de afeitar), destapo la desnudez de mi <strong>Bebé</strong>, preparo sus chanclas de caucho al pie de la cama para que no apoye sus pies cálidos en el frío intenso de la baldosa, lo levanto de la mano, entro a la ducha, él a sus necesidades matutinas mientras yo humedezco el cuerpo y termino de preparar las condiciones del baño. Entra mi <strong>Bebé</strong>. Humedece su bello cuerpo.<br><br><br /><br />La particularidad de hoy es que lo noto un poco más modorriento que siempre. Le pregunto que si se enjabona primero o que si yo me enjabono. Normalmente, si no es día de afeitada -como hoy- me enjabono yo primero. Sin embargo su modorra no me daba espacio, la ducha es realmente estrecha. Me miró y dijo "enjabóname", a lo que procedí sin comentarios. Primero el jabón de la cara -hoy no le tocaba shampoo- que es medicado de avena para controlar el acné juvenil (tan lindoooo mi <strong>Bebé</strong>), después el jabón del cuerpo, haciendo el énfasis especial, necesario y rutinario en su culo y en su dormida verga.<br><br><br /><br />Terminando de enjabonar sus pies, inquirió que su pipí no estaba bien lavado, pero cómo, si lo lavé bien, me dijo no repite que me hace falta, pero si te lo lavé suficientemente, te embadurné el jabón de siempre, pero que no si no se me ha parado. Je je jé, me dio mucha risa y comprendí. Se lo enjaboné hasta obtener el despertar certero e inquietante.<br><br><br /><br />Mientras se enjuagaba el jabón, yo me enjaboné lo que alcanzaba, pidiéndole que me untara la espalada, que ayer con la febrícula había sudado de más y quería sentirme muy limpio. Con el cariño de siempre, me acarició, me embadurnó. Y mientras yo descapullaba mi pene para lavar el glande y el surco, se empalagó manualmente con mi verga, que respondió de inmediato. Terminé de excitarme al escuchar las onomatopeyas sexuales con las que demostraba cómo disfrutaba tenerme a su merced. Me retiré, di media vuelta y terminé de bañarme.<br><br><br /><br />Nuestro juego sexual repetido.<br><br><br /><br />No pasó más, nos habíamos levantado justos de tiempo entonces no podía pasar más. No nos preocupaba que pasara más. Seguimos deliciosos. Despertando la misma pasión el uno por el otro. Unos días él más que yo, la mayoría de las veces yo más que él.<br><br><br /><br /><center>...</center><br><br><br /><br />De nuestro próximo viaje a Pereira empezaré por comentar el itinerario original. Viajaremos el jueves de las velitas, cuando <strong>Ricardo</strong> salga de la oficina, pasadas las cinco de la tarde. Espero que tengamos todo listo desde la noche del miércoles. Llegaremos en la madrugada del viernes, en bus, el carro no está como para pasar la Línea y la economía familiar no da para aeropuertos. Dormiremos hasta entrado el medio día. Desalmuerzo (¿brunch?), paseo a Salento, Valle de Cocora, almuerzo vespertino con trucha y patacones. Terminando la tarde (¿o empezando la noche?) camino a Quimbaya, a disfrutar su incomparable iluminación prenavideña. Caminaremos, beberemos uno que otro aguardiente, bien entrada la noche cenaremos algo callejero y retornaremos a Pereira.<br><br><br /><br />El sábado a hacer el recorrido de los parques cafeteros, tengo gran interés en <strong><em>Panaca</em></strong>. En la noche, buscando un relajante descanso (no todos los descansos son relajantes, estarán de acuerdo conmigo) iremos a las <strong><em>Termales</em></strong> de Santa Rosa, las tradicionales. A las de <strong><em>San Vicente</em></strong>, más si no se conocen, es mejor ir de día. Pasada la media noche, camino a casa.<br><br><br /><br />El domingo, preparar almuerzo familiar (flan de melocotón y vainilla como postre), saunazo en la tarde, viaje en la noche para llegar el lunes, <strong>Ricardo</strong> a trabajar, yo a pelear entre y con abogados.<br><br><br /><br /><strong>Julianita</strong>, la sobrina de <strong>Ricardo</strong>, hija de <strong>Claudia Mary</strong>, la hermana mayor de mi <strong>Bebé</strong>, comentó que <strong>Mary</strong>, mi suegra, quería "dañar" nuestro paseo ya con varios días anunciado, porque prefería que fuéramos el siguiente fin de semana, para coincidir con la presencia de varios primos en la trasnochadora, querendona y morena. Mi <strong>Bebito</strong>, muy acertadamente comentó, que sin importar lo que hiciera o dejara de hacer o de decir la <strong>Mamá</strong>, íbamos para Pereira con un plan muy bien programado. Con ella o sin ella. "Aquí a las nueve se tira, con marido o sin marido a esa hora se tira".<br><br><br /><br />La última llamada de <strong>Mary</strong>, parece reducir nuestro paseo a una finca cercana a Pereira y una visita familiar en Armenia. Amanecerá y veremos, en fin, representará un ahorro, de pronto. Pero en Pereira nos vemos, jejejejejé.<br><br><br /><br /><center>...</center><br><br><br /><br /><center>Mi <strong>Bebito</strong>, qué rico soñar contigo.</center></span></span></div><br><br>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-81584562532236216222006-11-30T10:17:00.000-05:002006-11-30T11:06:44.639-05:00El aroma ferozmente sexual de tu cuerpo<div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>El lunes en la noche, a pesar del cansancio compartido y de tu intención de reservar las lides del amor únicamente para las mañanas, mientras revisabas las noticias del periódico, me permitiste consentir graciosamente tu hermoso culo, tan solo forrado en tu siempre excitante interior de algodón.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Me dediqué, primero soslayado y tímido, después poco más que descaradamente, a pasar mis manos enceguecidas, mi cara entumecida por la turgencia de tus arrogantes y altivas nalgas.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Mi atrevimiento osó distraer tu concentración en la prensa, para permitirme posar los hoscos dedos por entre la raja. Incluí casi al simultáneo mi boca y mi nariz husmeando el hoyo que me permitiría depositar un ósculo en tu intimidad profunda.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Te abandonaste a mí, a pesar de la hora, perdonando mi alevosía, arrojando el calzoncillo. Me diste a probar las mieles de tu verga, ya irremediablemente erecta. Me permitiste tragar el escroto lleno de la voluptuosidad de tus bolas cargadas de placer sombrío. Le abriste espacio a mi lengua para acariciar lubricando el preámbulo de tus entrañas ansiosas.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Asumiste la posición, pediste completar la lubricación y yo -solícito- embadurné mis dedos para preparar el introito. Así, desnudo, emprendí el camino a tu sodomización preciosa. Me revolqué en tu interior, eyaculé media vida, la otra media la reservé para que -escarralado de piernas- completaras el vaciamiento de tus efluvios testiculares.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>El desfogue sólo nos dio tiempo de apagar la luz, cerrar la TV y arropar nuestros cuerpos enmarañados en la pasión de la noche. Me repetiste, reiteraste de hecho, casi a reclamo, que la mañana era mejor cómplice de nuestro juegos perversos.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>...<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Después de afeitarte, esta mañana, en medio del jabón de la ducha, me permitiste el encanto de -acaso tal vez- el mejor de los besos.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Adquiriendo una posición lasciva, gritaste a señales que enjuagara tu culo. Mi mano, decidida y firme, no pudo evitar la erección producto de tu irreverente afrenta. Después rogaste que inquiriera en tu sexo, para lavarlo a fondo. No toleré y me embebí de nuevo en tus apasionados labios.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>En la cama probamos, cada uno y ambidestros, la fortuna del aroma perdido que solamente tú y yo reconocemos. Nos vinimos a mares, cada uno en la entraña del otro. Sin rastro, sin mancha, así lo vivimos. Así lo sentimos.<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>...<br><br><br /><br /><br /></em></span></div><div align="center"><em><span style="font-family:Times New Roman;color:#6633ff;"></span></em></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em></em></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>Esto, Señores, es lo que amarra mi erección a su cuerpo. Lo qu</em></span><span style="font-family:times new roman;color:#6633ff;"><em>e limita mi respuesta a su aliento. Lo que inhibe mi instinto al ajeno. <strong>Amén<br><br><br /><br /><br /></strong></em></span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-48742937926126558212006-11-24T14:36:00.000-05:002006-11-24T16:58:19.596-05:00Flan de melocotón y vainilla<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 1 pocillo de azúcar blanca o morena</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 1 lata de melocotones en almíbar</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 1 lata grande de leche condensada</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 1 lata (la misma medida anterior) de leche entera</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 4 huevos</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- 1 cucharadita de esencia de vainilla</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">- crema de leche al gusto</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Se acaramela la flanera con el azúcar y medio pocillo de agua, a fuego alto, hasta que tome un color oscuro y consistencia de caramelo. Se deja enfriar.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Aparte se escurren bien los melocotones y se parten en octavos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Se licúan la leche condensada, la leche entera, los huevos y la vainilla.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Se vierte la mezcla en la flanera, junto con los melocotones partidos. Se tapa bien y se pone al baño maría por cuarenta y cinco minutos. Se retira del fuego, se deja enfriar bien, ojalá de un día para otro, y se sirve adornado con crema de leche fresca.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Este postre lo preparamos <strong>Diana Victoria</strong> y yo, para mi <strong>Bebé</strong> y para <strong>Deyder Jovan</strong>, su bonito compañero de clase, con el que estudiaron antenoche para un examen final. Quedó delicioso. Adicionalmente hicimos una jarra de café para que estuvieran despiertos lo suficiente para leer el tema. Es que está medio trasnochador, como nunca, mi <strong>Bebito</strong> con el final de semestre. Por fortuna ya se acaba -porque, o se acaba el semetre, o el semestre acaba con él-. Pero le ha ido muy bien, ha estado contento con el resultado de sus notas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Esa noche, es decir, esa madrugada los hice acostar pasadas las tres de la mañana. Ayer ambos, todos nosotros, debíamos madrugar, entonces había que descansar un poco.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Desde hace días vengo pensando en el tema de este post, que quiero dedicar a <strong>Ricardo</strong>, pero <strong>Joey</strong> se me adelantó dedicándole el suyo a su <strong>Monstruico</strong>. Casi sería suficiente adherirme a lo posteado en <strong><em>Franja Rosa</em></strong>. Pero tratemos a ver...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Cuando conocí a <strong>Ricardo</strong>, yo tenía un enredito con un muchachito muy lindo -<strong>Diego</strong>-, de 18 años. Tenía un cuerpo escultural, la lozanía de los años mozos -adultez recién adquirida-, una cara preciosa y unos bríos sexuales que con cada abalanzamiento cabalgante me hacían estremecer. Uno de esos noviecitos para hacer gala. Igualmente tenía el corazón aún empeñado en una relación perversa - <strong>Alfredo Antonio</strong>- por la que casi me enloquezco. Se trataba de un nariñense, exactamente natural de Contadero que, no sé qué me dió, pero me puso a volar bajito. Hice hasta lo indecible por él, siendo un hombre comprometido: le saqué y pagué apartamento (en donde no lo podía visitar porque de repente estaba con el marido), le compré todo tipo de adminículos, dejé el trabajo el día que me abandonó, quise morirme porque no me quería ver, lo esperaba en la universidad para que me eludiera a la hora de la salida por ir a encontrarse con el oficial... en fin. Por poco fenezco.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">La tarde en que nos vimos por primera vez con <strong>Ricardo</strong>, no fue su aspecto físico lo que me llamó la atención. Se trató de un comentario cualquiera (que nunca he logrado recordar), lo que me impactó. A los cuatro días cenamos cualquier cosa, a la semana estábamos bailando en <strong><em>Theatrón</em></strong> y tirando (esa misma noche creo que fue la última con <strong>Dieguito</strong> carebonito). Al mes ya dormíamos juntos y a los dos meses estábamos dotando apartamento. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Ya mencioné en ocasión anterior lo que me enamoró de mi <strong>Bebito</strong>: estaba extasiado conmigo. Todo le gustaba, todo le llamaba la atención, todo lo que yo decía le gustaba. ¡Era un encanto saberlo a mi lado tan seguro de mí mismo! </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">No todo ha sido color de rosa, hemos pasado momentos muy críticos como aquel día de Amor y Amistad que prefirió subir a <strong><em>El Clóset</em></strong> a besarse con algún <strong>Fredy</strong> desconocido mientras yo lo creía acompañando a su <strong>Mamá</strong>. O la noche que estuve a punto de devolverme de Pereira dejando atrás tan solo un fuerte portazo, llevado por una ira incontenible. O el mal genio de esta mañana que aún no comprendo. No más, mejor no, sería poco sensato recordar lo irrecordable.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Los buenos momentos, en cambio, han sido incontables, porque son casi todos. Llegando a los cinco años, seguimos cultivando nuestro amor día a día: celebrando sin motivo aparente con cenas y postres románticos; consintiéndonos a la hora de acostarnos para dormir junticos; acompañándonos en las jornadas laborales fuera de horario; comentando el acontecer permanente de nuestras vidas (ojo, TODO nos lo contamos); tomando la ducha diaria con afeitada incluida -que hemos compartido el noventa y ocho por ciento de nuestras mañanas-; escogiendo nuestro atuendo diario -algunas veces uniformados-; mercando lo que nos gusta -solo lo que a él le gusta, je je jé-; haciendo compras diversas -aunque él odie salir de compras-; viendo la poca televisión que podemos -lo que a mí me gusta únicamente-. Todo innumerable porque todas son las muestras diarias y permanentes de amor incondicional y condicionante de casi cinco años, y eternamente -mientras dure- muchísimos más. Hasta los paseos familiares, con su familia o con la mía (poco más escasos).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Eso es el amor con mi <strong>Bebé</strong>, un convivir alienante que nos hace falta cuando no podemos estar juntos. Un compartir permanente en casi todos los ámbitos posibles. Incluso de rumba, con preferencias absolutamente diametrales, compartimos bien el dancing de música moderna, bien el amacice obligado de lo romántico de turno (casi no lo logro, je je jé).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Mi <strong>Bebé</strong> me enseñó a reconocer y a pedir perdón. Mi <strong>Bebé</strong> me enseñó a hacer el amor tirando. Mi <strong>Bebé</strong> me enseñó a disfrutarlo ajeno cuando por eso optamos. Mi <strong>Bebé</strong> me enseñó a amar sosegadamente, en la justa medida, que es todo. Me enseñó a no tratar de cuantificar el sentimiento porque eso no es negociable. Me enseñó a confrontar lo inconfrontable. Y la verraquera de ser por querer y no porque algunas veces toca. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;">...</span></div><div align="center"> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#ff0000;">Esta es una nueva declaración de amor a mi <strong>Bebé</strong>, que espero acepte.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1163555847402341702006-11-14T19:23:00.000-05:002006-11-15T12:23:42.464-05:00Mary Villa Zapata<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Muchos días han pasado desde mi ultima incursión en este, mi espacio. No existe razón aparente, pues tema hay de sobra. El tiempo no me ha faltado, de hecho visito casi a diario a todos aquellos que frecuento, todos casi que me encantan. He tenido, incluso, espacio para el análisis a partir de lo posteado por los amigos habituales, unos más simpáticos que otros, otros más trascendentes que los primeros, en fin... Siento que ha sido tanto el tiempo que los problemas ya no son los mismos, las preocupaciones escritas se han disipado para dejar pasar nuevos motivos de adversidad y de alegría. Y mi <strong>Bebé</strong>, es el mismo, por el que lloro, por el que existo, por el que he decidido ser feliz.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Será este el momento de lamentar la ausencia autoimpuesta de <strong>Xavi</strong>, que desde Sabadell prefirió dedicarse a menesteres de pronto más productivos. Otro abandono invaluable es el del autor de <em>Basando la vida en el Pene</em>, un oso venezolano que en una diatriba contra sus congéneres, invita a la reflexión en torno a lo que debe significar la bitácora personal, lejos de cualquier amargo gustillo a la fama y a placeres mundanos. Me has puesto a pensar, de repente eres el motivo de mi demora. Suerte, buen pulso y pronto regreso.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Estoy ampliamente agradecido y admirado por los comentarios -sus comentarios- al ladrilludo post anterior. Agradezco todos los buenos deseos. No había quién se lo "mamara" por denso y aburrido, sin embargo todos y cada uno hicieron lo suyo. Especialmente <em>un hombre virtuoso</em>, que acaparó toda mi atención con la sinceridad de mi principio y su conclusión.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Estoy en mora de actualizar mi blog, para lo que estoy esperando -bruto yo- comprender la nueva versión. Así es que a todos aquellos que me han vinculado, a los que me visitan con regularidad, les debo mi profundo agradecimiento (¡cuando quieran profundizar!) y mis disculpas por la demora innecesaria, no por no tenerlos como prioridad sino porque me hago horrores al tratar de aprender sobre el sistema. Mil perdones. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Mención muy especial para <em>decent queer</em>, <em>patto</em>, <em>hombresparahombres</em>, <em>raúl</em> y <em>emisiones nocturnas</em>. Me embeleso con todos sus post y quedo noqueado con la indexada. Gracias por el dibujo, jejejeje.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Y mi <strong>Bebé</strong>, admiro a mi <strong>Bebito</strong>. Desde que le cambiaron el proyecto en la oficina, no ha tenido tiempo ni de leer a los amigos. Ahora terminando exámenes mucho menos. <strong>Mary</strong> -ya los pondré en antecedentes- está aterrada con el hecho de que su muchacho haya pasado de largo el viernes pasado haciendo un trabajo de universidad con un compañero. Nadie, ni <strong>Diana Victoria</strong>, ni sus compañeras de clase, ni <strong>Mary</strong> lo podían creer. Es que él no acostumbra hacer esas cosas. Él prefiere ir pianito pianito para que a la hora de la verdad todo esté listo sin necesidad de "clavadas" innecesarias. Mi <strong>Bebé</strong> es un juicioso lindo aunque a ratos se le revuelvan los genios.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Nuestra historia -la mía con <strong>Ricardo</strong>- se inició hace cuatro años, ocho meses y veintiniueve días, exactamente el quince de febrero del año 2002. Ya contará él los pormenores de nuestro primer encuentro. Para el caso, lo importante es que uno de sus amantes habituales -amigo común- nos presentó en esa tarde de viernes. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">No habían pasado tres semanas y ya dormía conmigo casi que a diario. Su Madre, natural de La Virginia, ha hecho su vida en la trasnochadora, querendona y morena ciudad de Pereira. Su hermana mayor es profesora de primaria en una escuela perdida ubicada en Santuario, un igualmente perdido municipio del Departamento de Risaralda. Su hermana menor -él es el del medio, único varón- estaba recién llegada a la capital, en donde comenzaba a estudiar Tecnología en Electrónica y Comunicaciones en el <em>ITEC</em>, el desaparecido instituto de la igualmente desaparecida <em>Empresa Nacional de Telecomunicaciones</em> <em>TELECOM</em>, la misma tecnología que mi <strong>Bebé</strong> estudiaba con cuatro semestres de ventaja.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Estaban instalados en una vivienda estudiantil cercana al <em>ITEC</em>, en donde compartían habitación. <strong>Diana Victoria</strong>, a la postre mi cuñada, encontró muy conveniente el traslado virtual de <strong>Ricardo</strong> a vivir conmigo, porque de alguna forma eso liberaba espacio y le permitía una descomplicada convivencia con quien hasta hace poco hiciera las veces de su príncipe consorte, hoy "exiliado" en Alemania.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">A los dos meses arrendamos un bonito apartamento, estrenamos todos y cada uno de los enseres; lo convertimos en un bello rincón gay en medio de la prestigiosa Avenida Pepe Sierra ubicada al norte de Bogotá. Así empezamos a hacer vida en común. Ya en ese momento se podía decir, a solo dos meses de haber tenido sexo por primera vez, que estábamos casados.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">La lejanía de <strong>Mary</strong>, su Mamá, era muy conveniente para mí, pues lo tenía a mi entera disposición. Fue una época de gloria: un buen cargo, un salario decente, un novio bonito, una posición de prestigio en el medio...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Su <strong>papá</strong>, aunque vivía en Bogotá, no ocupaba mucho de su vida: un par de almuerzos al año, unas contadas conversaciones telefónicas durante el semestre. Nada por qué preocuparme.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Salir con <strong>Ricardo</strong> era delicioso, lo sentía y lo sabía obnubilado, le gustaba todo lo que yo decía, devoraba cada una de las palabras que yo mencionaba. Podía pasar horas y horas mirándome interactuar con el mundo, sabiéndose fascinado. Sus ojos, de solo hallarse a mi lado, brillaban con júbilo. Logró enamorarme. (¡Qué vanidoso me siento!)</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Ocasionalmente su Mamá llamaba al apartamento, creyendo seguramente (o eso pretendíamos nosotros creer que ella creía) que se trataba del lugar de vivienda de alguno de sus compañeros de estudio. <strong>Mary</strong>, muy seria, preguntaba por <strong>Ricardo Parra</strong>, que -acostado al lado mío- se turbaba tanto como yo por las inesperadas llamadas, a las horas más inverosímiles.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Cada que ella venía a Bogotá, antes de comprarles a <strong>Diana Victoria</strong> y a <strong>Ricardo</strong> el apartamento en Capellanía, dormía en donde <strong>Aliria María</strong>, una de sus hermanas, abogada. Ya con el apartamento fruto de la jugosa liquidación de <em>TELECOM</em>, tenía a dónde llegar, lo que significaba el trasteo de mi <strong>Bebé</strong> para pretender que ella no se daría cuenta. Eso, obviamente, gracias a mi poco entendimiento, nos trajo más de una discusión pendeja.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Un jueves cualquiera <strong>Ricardo</strong> me llamó y me dijo que si esa noche íbamos a donde su Mamá que necesitaba que la viera un médico. Lo increpé aturdido por lo absurdo del requerimiento, a lo que me respondió que no había problema, que él buscaba a alguien más que sí estuviera en disposición de hacerle el favor. Me convenció.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Por los enredos de la liquidación de <em>TELECOM</em>, ella -que estaba recién hipermegapensionada- no tenía servicio de salud y refería un dolor lumbar que bien parecía tenerla al borde de la discapacidad. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"><strong>Ricardo</strong>, saliendo de la oficina, me recogió y nos fuimos para Capellanía. Yo no me hallaba, no sabía qué pensar, no imaginaba qué decir ni cómo reaccionar. Aunque la había visto un par de veces, tenía terror por el encuentro. <strong>Mary Villa Zapata</strong> bien podría ser una mezcla perfecta entre <strong>Pancho Villa</strong> y <strong>Emiliano Zapata</strong>. Así de arrolladora puede ser su presencia. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Serían las siete de la noche pasadas cuando <strong>Ricardo</strong> accionó el timbre. Ella salió a recibirnos, con una sonrisa que yo no podía creer. Mucho abrazo y gran bienvenida. En cuanto entramos al apartamento, observando la mirada de <strong>Diana Victoria</strong>, mi <strong>Bebé</strong> y <strong>yo</strong> comprendimos que todo había sido un montaje para mi "ingreso" a la familia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Después de comer, le hice la consulta, tomé sus signos vitales, la interrogué y la examiné tratando de ser el más convincente de los profesionales.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Cerró la puerta con llave, abrió una botella de whisky, nos emborrachamos, fumamos, bailamos, nos juramos amor eterno y pasé a ser uno más de sus protegidos. Desde entonces llegamos (dormimos) a su apartamento en Pereira, organiza paseos y planea viajes, llama y nos regaña, le encanta que le cocinemos... Ya hago parte de su familia, en lo que <strong>Ricardo</strong> -claro- me permita. Con sus tíos, con sus primas, con sus amigos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Nuestra última charla fue antier, cuando le comenté que <strong>Ricardo</strong> está muy juicioso trasnochando para las tareas de la universidad, cuando me dijo que llamara a su nieta para aconsejarla de estudiar, cuando le dije que la visitaríamos en el primer puente de diciembre, cuando me dijo que necesitaba que <strong>Ricardo</strong> se graduara rápido para trasladarnos, todos, a Puerto Rico a hacer vida allá, cuando le dije que cómo pasó su cumpleaños y me dijo que aún no terminaba de celebrarlo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"><strong>Mary Villa Zapata</strong>, la generala. Cualquier parecido con <strong>Miranda</strong> es mera coincidencia. Je je jé.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Y con el perdón de mi <strong>Bebé</strong>, que tiene una Mamá muy verraca!!!</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1161964132767692642006-10-27T08:18:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.986-05:00Con la güevonada alborotada<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Este será un post bastante pesado y aburrido. Tengo la cabeza y mi vida hechas un absoluto mierdero; este blog se ha erigido como el más leal de mis paños de lágrimas, casi el único lugar donde puedo desahogar mis "penas" sin mamar a nadie con la perorata.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Pretendí pasar una noche decente después de haber tenido un terrible encuentro con mi <strong>Bebé</strong>, <em>mea culpa</em>, pero no fue posible. Dormí mal, me desvelé, antes de que <strong>Slovodan</strong> iniciara el reporte de noticias a las cinco de la mañana en <strong><em>La W</em></strong>, ya estaba despierto. Logré conciliar algo de sueño pasadas las seis de la mañana. <strong><em>Juan Pablo</em></strong> mi sobrino, hijo de <strong><em>Leonor Aydeé</em></strong> mi hermana, me despertó con beso y abrazo, serían las seis y media. Se recostó a mi lado en el sofá-cama que me sirve para dormir por estos días de cruel separación, en la sala del apartamento de mi <strong>Mamá</strong>. No pasaron tres minutos y llegó mi hermana gritando como enloquecida a pelear con él, que lo había mandado por desayuno, que ahora lo que tocaba era bañarse primero, que qué irresponsabilidad. Casi lo arrastró hasta la ducha, en medio del llanto del pobre niño, para obligarlo al orden aleatoriamente por ella establecido. Son las ocho y veintinueve de la mañana y la puta camioneta que lo recoje los días de pico y placa -los otros lo transporta ella directamente por efectos de la precaria economía familiar- no ha llegado. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Tocó levantarme a pelear con todo el mundo: no dejan dormir, para qué lo hacen llorar si estaba contento, por qué demonios no lo dejan desayunar, esta loca prefiere verlo chillar...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">La situación con <strong>Leonor Aydeé</strong>, la mayor de las "niñas" de mi casa siempre ha sido muy compleja. Desde muy niños mantenemos una relación muy tensa. Es una persona que al interior de la familia es de muy difícil trato. En la calle es la más maravillosa de las personas, dispuesta a todo lo que los ajenos requieran a costa de lo que sea. La más fiel amiga de los amigos, la más devota amante de los machucantes, la más dedicada samaritana de los que -de puertas para fuera de su familia en primer grado de consanguinidad- requieren ayuda. Nunca he podido con su grosería, es la única a la que se le han escuchado palabras de todos los tonos y calibres bajo el techo materno; no escucha razones a menos que se le impeten en medio de una gresca, las razones son las suyas; pelea y casi que hiede contra la abnegación de <strong>Mamá</strong>, que para nosotros ha sido el más diáfano ejemplo de entrega y dedicación por su hogar -su vida se agotó con nosotros, por nadie más-. Mientras mi niñez, adolescencia y juventud giró en torno a procurar ser el niño modelo de mi <strong>Mamá</strong>, Leonor Aydeé se empeñó en ser la rebeldía acérrima y recalcitrante. Mi <strong>papá</strong> por su parte siempre increpó en contra mía por todas las desaveniencias de mi hermana, con la estúpida justificación de que por ser el hermano mayor debía responder por la responsabilidad, valga la redundancia, que sólo le cabía a ella sobre sus actos. Bueno, para él siempre fue la forma más cómoda de acomodar su ausencia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Claro, esto no quiere decir que con ella no nos profesemos el más profndo de los amores filiales. Seguramente la corta diferencia de edad que tenemos, nos ha hecho de alguna forma los más silentes cómplices. Fue hace poco más de un año cuando -estando en medio de una reunión de trabajo- me llamó llorando, que necesitaba que fuera a rescatarla, que se habían cogido a golpes con el hijueputa de su marido. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Vivían en Sibaté, en un rancho que daba grima, a orillas de la represa del Muña, cuyo arriendo ella pagaba. Ese marido que consiguió ha sido el más grande de los parásitos, garrapata malparida. Fueron muchas las veces que me levanté con la preocupación por ellos. Nunca fui a su casa pero muchas veces llamé sólo para escuchar la voz de <strong>Juan Pablo</strong>, sólo para saber que estaban, no más.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Fui, casi le ordené recoger apenas lo justo, recogimos al niño en el colegio y la llevé a vivir conmigo un par de meses. Esa mima noche fuimos a <strong><em>Unicentro</em></strong> y de no sé dónde putas, les compré a ella y al niño con qué vestirse para que no tuvieran que regresar a nada a esa pocilga al lado de ese canalla. Si hubiese tenido la mala fortuna de encontrarlo, estaría hoy pagando condena por un bandido que no vale la pena. Cuando las cosas se me empezaron a complicar por el incumplimiento en el pago de mis salarios, la traje al apartamento de <strong>Mamá</strong> (donde todos escampamos) para que -entretanto- <strong>papá</strong> respondiera por ella.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Hoy en día sigue ensañada en hacer llorar al pequeño, que es lo más adorable que tengo en sobrinos. Un rubio de ojos verdes, con cinco años de edad, muy cariñoso pero de muy mal carácter (parece hijo de sus papás), que por eso mismo ha sufrido lo insufrible porque todos le tienen mala fe. Yo al principio también lo quería "derechito", como me criaron a mí en esa difícil época que nos tocó a todos los coetáneos: no se le contesta a los mayores, se les acata sin mirar a los ojos, se les respeta porque sí y no porque se lo merecen. En no pocas ocasiones terminé abrazándolo, llorando al tiempo con él por una injusticia que yo mismo había cometido. Por una de todas aquellas que me había prometido no repetir jamás en rebeldía por lo que me tocó con mis padres. Es un niño bello y noble, pero a esta cretina le encanta hacerlo rabiar.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">De sólo recordar se me encharcan los ojos, estoy con la güevonada alborotada cuando ya él está en el colegio y ni se acuerda del dolor de esta mañana. Estoy con la güevonada alborotada porque me provocó llorar cuando <strong>Julio</strong> recibió la llamada de la esposa del propietario de una de las tractomulas que quemaron los terroristas esta madrugada en la vía a Buenaventura. Estoy con la güevonada alborotada porque mientras escribo tengo ganas de llorar. Estoy con la güevonada alborotada porque tengo problemas de comunicación y de entendimiento con mi <strong>Bebé</strong> y porque no tengo cómo putas pagar un cuarto para estar viviendo y durmiendo con él. Estoy con la malparidez corriendo porque no he logrado nada de mi vida, sin haber dejado de trabajar de una u otra forma absolutamente todos los días de mi vida desde muy jovencito, cuando aún no me tocaba.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Mi <strong>Mamá</strong>, pobrecita ella, no hace sino sufrir en silencio conmigo por lo que nos pasa o nos deja de pasar. Nuestra relación, desde hace muchos años es ejemplo del más espectacular de los respetos. Nuestra comunicación es subliminal. Con escucharnos la voz por teléfono y a la distancia, ya sabemos cómo está el uno y el otro. Los años que he pasado fuera, he procurado hablar con ella a diario, aunque sea sólo para saludarla. Llamadas, algunas, que no han pasado de diez segundos. Pero tiempo suficiente para sabernos ahí, y bien. Creo que no hemos peleado tres veces en la vida. Jamás he revirado en alguna forma por sus muy infrecuentes increpaciones. Me siento incapaz de maltratarla de alguna manera. Es para mí lo más sagrado y puro que hay. Mi condición de vida la he hecho tácitamente en torno a ella. Por eso, el día que la encontré hablando con <strong>Ricardo</strong> en un corredor de <strong><em>Unicentro</em></strong>, supe que era él y no otro. Terminé de enamorame con el beneplácito mudo de ella.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Jamás hablamos de nada que no sea un comentario casual. Nunca comentamos nada que pueda representar malestar para alguien. Solo estamos patológicamente ahí, el uno para el otro.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Con <strong>papá</strong> la cosa es bien diferente. Si nos ven por la calle dirán que somos los mejores amigos. Caminamos de gancho, nos reímos, hablamos, nos saludamos y despedimos de beso. Y podemos pasar años, sí, años, sin cruzarnos palabra. No nos hacemos falta. Soy implacable con él y él lo es conmigo. No acepto muchas de sus cosas, no acepta las mías. Por respeto o temor, no sé, jamás le he pasado a <strong>Ricardo</strong> al frente. De pronto sólo por evitarle la incomodidad a ambos y a cada uno. Estando con él me encuentro con los más inconvenientes. Si voy por la calle me cruzo con alguno de esos que no tienen reparo en acercarse, saludar de beso y abrazo y decir: amiga, preséntame a tu papá (es que el parecido es absurdo, ¡no habría tenido cómo negarme!). Si vamos a una oficina, aparece el "hembro" soñado y coquetea conmigo sin el más mínimo recato. Es con el único que no se menciona el asunto. Es con el único con el que se evita la vida familiar de pareja. Y no porque no lo sepa...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Llegando de La Habana, hace seis años, decidió que si yo llegaba a la casa materna, él se iba porque no quería convivir con un marica descarado. Mi <strong>Mamá</strong>, muy puesta en razones que aún no comprendo, se paró "en la raya" y determinó que esa era mi casa, que yo era su hijo y que lo que él decidiera era su problema. De eso me enteré pasados un par de años. Ya no guardo rencor. Estoy seguro de ser quien le cuide sus días postreros, en compañía de mi <strong>Ricardo</strong> o de quien decida hacer sus veces en ese lugar y tiempo. La vida da ese tipo de volantines y vaya uno a saber qué más nos depara el cruel (!) destino.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Sin embargo eso, somos los mejores amigos (!).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Desahogando otras inquietudes, comento que ayer estuve en una reunión de negocios muy particular: asistimos a la presentación de MI modelo de negocio en relación con las unidades de cuidado crítico.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"><strong>Ernesto Urdaneta</strong>, un industrial y comerciante colombiano que vive en Miami, viajó a Bogotá para hacernos la presentación de un modelo de asociación para operar unidades de cuidado intensivo. Es curioso conocer a alguien con la misma visión de negocio que tuve yo cuando arranqué con el embeleco de dedicarme al negocio de la salud. Lo más curioso es saber que este personaje con su empresa opera en la actualidad por lo menos dos negocios que nosotros -el doctor <strong>Rafael Enrique</strong> y <strong>yo</strong>, desde <strong><em>Coonsultores C. T. A.</em></strong> y desde <strong><em>Vital Care S. A</em>.</strong>- previamente habíamos presentado: las unidades de cuidado intensivo de la <strong>Clínica de Especialistas</strong> de Neiva y la neonatal de la <strong><em>Clínica Juan N. Corpas</em></strong> en Suba - Bogotá, D. C. Más curioso aún saber que este personaje y su equipo de trabajo trabajan con los flujos que yo produje en torno a cada un de esas unidades de negocio.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Cuando el doctor <strong>Rafael Enrique</strong> me comentó al respecto, mi respuesta fue sí, pero qué le hacemos, él tiene el dinero que nos hizo falta a nosotros. ¿Será que se cierra el círculo y que de la mano de <strong><em>Meditech</em></strong> podemos hacer los negocios que soñamos? ¿Será que somos "la rueda suelta" que le hace falta a <strong><em>Meditech</em></strong> o serán ellos los inversionistas con verdadera visión empresarial que siempre hemos soñado para enriquecernos y hacer de la nuestra una existencia más digna y distinguida? ¿O, por lo menos para mí, será lo que me hace falta para sobrevivir a los duros embates de la vida?</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Normalmente no requiero de banda sonora para postear, sin embargo hoy me acompaña una joya de la música culta: <strong><em>Carmen</em></strong>, de George Bizet, en versión de la Orquesta del Teatro Nacional de la Ópera de París, protagonizada por los legendarios <strong>María Callas</strong> y <strong>Nicolaï Gedda</strong>, bajo la dirección magistral de <strong>Georges Pretre </strong>(con gorrito en la primera e). Este fue uno de los primero álbumes en CD que tuve, cuando aún se prensaban únicamente en Alemania. El nuestro fue uno de los primeros reproductores de CD que entró al país, hace muchos años, cuando en el aeropuerto no sabían qué era esa vaina y en las revistas se publicaba como un invento remoto. Nos lo regaló <strong>Tío Jaime</strong>, lo trajo de Panamá cuando estuvo allí como parte de la delegación secreta del Estado que se reunió con los más altos jefes del narcotráfico, siendo Procurador Delegado de la Policía Judicial. Sí, la reunión famosa a la que asistió el ya expresidente <strong>López Michelsen</strong> en la que los jefes de la mafia, en presencia del general <strong>Noriega</strong> -entonces jefe de Estado panameño-, ofrecieron pagar la deuda externa nacional a cambio de poder ejercer, subrepticiamente -claro quede-, su negocio, asegurando no permitir el consumo de alucinógenos a nivel nacional. Sólo exportarlo para beneplácito de los adictos norteamericanos. La respuesta del Estado, durante ese gobierno -el del doctor <strong>Betancur Cuartas</strong>- fue anunciar la política de extradición que más adelante desencadenó la espantosa violencia que sufrimos los que no tuvimos la oportunidad de decidir el camino más conveniente: legalización ó satanización del narconegocio.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Vuelvo a la música. Tengo una verguenza descomunal con <strong>Demock</strong> porque no he podido realizar la tarea que me impuso. Después de mucho pensarlo me doy cuenta de una cosa: nunca he tenido grupo musical preferido. Intenté hacer la tarea a punta de videos de <strong><em>Queen</em></strong>, pero muy lejos está de ser mi grupo o artista preferido. Nunca he entendido las letras de su música, como jamás me he percatado de la letra de ninguna otra pieza musical. Soy el más absurdo de los melómanos. Me encanta la música, me pone a volar, me manipula el espíritu y el ánimo. Pero jamás he sido conciente de la letra de una canción. Desde niño nunca jamás. Me gusta el sonido, la armonía, el ritmo, pero no tengo puta idea del autor y su letra. Admiro como a nadie a los compositores, son dueños de una sabiduría y de un sentido de la estética que no me atrevo a cuestionar. Pero las letras no tienen significado para mí. Mi <strong>Bebé</strong> lo puede avalar: soy una torta de ahuyama, una bola loca, una absoluta güeva para las <em>lyrics</em>. Aunque hay muchas que canto de memoria, no se extrañen -si alguna vez me escuchan- que reemplece una palabra fundamental por otra cuya rima sea similar pero cuyo significado sea absolutamente diametral. Eso es para mí la música, armonía y ritmo. No significado. En mi época de tangos, me los aprendí todos, en la de boleros se me escaparon pocos, en la de ópera recité las más avezadas árias, pero confieso que jamás he comprendido el significado, siquiera, de sus títulos. Otro <em>mea culpa</em>.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"><strong>Demock</strong>, amigo, si me lees (que espero que no), soy incapaz, quítame el saludo y la visita porque no puedo, no tengo sustrato, no hallo el cómo. Mil disculpas. Lo intenté y fracasé.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Plácemes porque anuncian hoy en la prensa nacional que tendremos nueva Superintendente de Notariado y Registro, en emplazo del bandido hermano del presidente de la <strong><em>Cámara de Representantes</em></strong> que se niega a tramitar adecuadamente el proyecto del reconocimiento de los derechos patrimoniales y de seguridad social de nosotros los maricones, perdón (<em>sic</em>), los gays. Se trata de la abogada, goda recalcitrante, <strong>Lyda Beatriz Salazar Moreno</strong> viuda de <strong>Camacho</strong>, el que se mató cayendo dentro de un helicóptero cerca a Caparrapí, hace como un año. Es prima hermana de mi <strong>papá</strong>. La picadita de la familia. La que en la década de los setenta hacía con mi tío <strong>Gabriel Eduardo</strong> (<em>r. i. p.</em>) y con mis primos <strong>William</strong> y <strong>John Jairo</strong> travesuras como la que narró mi <strong>Bebito</strong> en uno de sus recientes post. La que tuerce la jeta cada que nos vemos y la saludo con el <strong>Lyda Beatriz</strong> completo, parece que le pesara el nombre de su santa madre. Mis mejores deseos por su desempeño en el cargo. Mis respetos por ser capaz de mantenerse incólume entre esa sarta de bandidos que son los políticos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Creo sentirme, después de toda esta cháchara, un poco más liberado y tranquilo. Pensando en que <strong>Juan Pablo</strong> está contento por la celebración del cumpleaños de una de sus compañeritas de colegio. Creyendo que hoy seré capaz de que mi <strong>Bebé</strong> quiera volver a verme, sin hablar, solo con besos y abrazos. Esperando que el negocio de <strong><em>Las Américas</em></strong> no se malogre para poder concretar la inversión del millón de dólares que ofreció <strong>Urdaneta</strong> con MI modelo de negocio. Deseando que el seguro de la tractomula le permita al señor reponer su vehículo de carga para que pueda seguir trabajando y manteniendo a su familia acongojada. Anhelando un mejor futuro para mi <strong>Bebé</strong> y para mí, en nuestra propia casa, con suficiencia de recursos y con el amor vivo y permanente.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Agradecimiento inmesurable por las más de seiscientas visitas que he recibido en mi blog desde el cuatro de octubre. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">...</span></div><div align="center"></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#666600;">Que <em><strong>dios</strong></em>, si existe, me perdone.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1161447642134496912006-10-21T09:28:00.000-05:002006-11-15T16:38:41.850-05:00Paola<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Se trata de la hermana del novio de <strong>Mary</strong> la mamá de mi <strong>Bebito</strong>, es decir, la "tiastra" de <strong>Ricardo</strong>.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Hace casi dos semanas, <strong>Mary</strong> -mi suegra- llamó a mi <strong>Bebito</strong> para pedirle (ordenarle, que es su estilo muy particular) que dispusiera del fin de semana del puente para recibir y atender a <strong>Paola</strong>, su cuñada, y a una amiga que venía deNueva York, de Queens exactamente. Me comentó, me pareció aburrido, pero igual frente a la orden no había ya nada por hacer. Y sin recursos propios, pues ni hablar. Tendríamos visita el fin de semana.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">El sábado en la tarde -con mucho sigilo- <strong>Mary</strong> llamó de nuevo a <strong>Ricardo</strong>, le comentó que debíamos (ya estaba yo incluido en la colada) ser muy amables con la visita porque <strong>Liliana</strong>, la visita proveniente de Queens, fue especialmente atenta con ellas (<strong>Mary</strong> y <strong>Juliana</strong>, su nieta -me mata si ve que le digo abuela) cuando estuvieron a mitad de año allí de vacaciones. Además le hizo jurar a mi <strong>Bebito</strong>, si hubiera podido sobre la biblia, que no diría a nadie que <strong>Liliana</strong> era la mujercita de <strong>Paola</strong>. Je je je, ¡qué risa! Era algo previsible por cuanto mi <strong>Bebé</strong> conoce desde hace mucho tiempo la preferencia sexual de su tiastra. Faltaba ver que ella conociera la nuestra, lo que asumíamos completamente puesto que <strong>Fredy</strong> -su hermano, el novio de <strong>Mary</strong>, el padrastro de mi <strong>Bebé</strong> (me va a matar por escribirlo)- ha debido ponerla al corriente desde hace mucho tiempo. Además de mi existencia, ya muy familiar y frecuente entre ellos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">El sábado en la noche no salimos, el domingo nos levantamos relativamente temprano, después de desayunar hicimos trasteo de ropa, mi <strong>Bebé</strong> para el apartamento de <strong>Diana Victoria</strong> -su hermana-, yo para el de mi <strong>Mamá</strong>. Almorzamos donde <strong>Mamá</strong> y después salimos al aeropueto a recoger a <strong>Paola</strong>. De allí a descargar maleta en el apartamento de <strong>Diana Victoria</strong>, después a mercar en <strong><em>Carrefour</em></strong> (no había NADA en la nevera). Olvidé comentar, <strong>Diana Victoria</strong> -la hermana de <strong>Ricardo</strong>, mi cuñada, la hija de <strong>Mary</strong>, sobrinastra de <strong>Paola</strong>- estaba desde el miércoles en Pereira, de paseo-congreso. Durante el mercado, <strong>Paola</strong> compró ramo de flores para recibir a su mujercita, con quien completa una relación de más de seis años. Camino al aeropuerto, indagué sobre su vida, sobre la forma en que se conocieron, sobre su relación. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Justo antes de la salida de <strong>Liliana</strong>, temblaba de los nervios, fumaba con desesperación, parecía una chiquilla adolescente llena de angustia y excitación. Ella, después de abrazarla y besarla, entregó el ramo de rosas y cartuchos. Nosotros le entregamos un capuchino que acabábamos de comprar en <strong><em>Juan Valdez</em></strong>. Hacía un frío de mil demonios.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"><strong>Liliana</strong> tiene 33 años, pereirana, vive desde los 19 en Nueva York. Trabaja en el aeropuerto de <strong><em>Newark</em></strong> con <strong><em>Continental</em></strong>, cargando y descargando aviones. Es de contextura normal para su edad, un poco abundante en busto, de cabello negro, largo larguísimo. Una persona muy femenina (quién lo diría para ese trabajo) y agradable. Muy medida en sus comentarios, excesivamente prudente en su forma de ser. Definitivamente la mujercita de la relación (perdón por el estereotipo). Por su parte <strong>Paola</strong>, una mujer bonita, frentera, un macho de cabello largo castaño ensortijado, de esos con los que uno se siente bien protegido. Abundante en carcajadas. De trato chabacán y agradable (!), menos gruesa que su novia, muy emotiva y poco cautelosa con lo que dice.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Tengo la impresión de que el viaje era como de reconciliación o de confrontación. <strong>Paola</strong> lleva un mes largo en Pereira y -a mi parecer- retó a <strong>Liliana</strong> para que vineira a atizar la llama del amor. Y lo logró.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Fuimos a descargar en el apartamento. Salimos de rumba, pasando primero a comer algo antes. Ellas corrieron con todos los gastos, nosotros no teníamos cómo. Fuimos a sungay de <strong><em>Cha Chá</em></strong>. Fuimos los últimos en entrar, qué desepero, cantidad de gente conocida y desconocida, mucha farándula. La música -extrañísimo- malísima, no había crossover y el ambiente -extrañísimo también- aburridísimo, no estaba para bailar, solo para sollar y eso no era lo que queríamos. Nos tomamos un vodka (he de decir, mini vodka), y salimos despavoridos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Buscando llegamos a <strong><em>Fercho´s</em></strong>. Allí el ambiente era bien diferente, más acorde con los deseos y la intención. Allí compraron media de Absolut. Bailamos como locos. Coqueteamos como nunca. Estábamos rendidos. <strong>Liliana</strong> no dejó de cabecear mientras estuvimos allí (llevaba más de 24 horas sin dormir). <strong>Paola</strong> sacaba energía de quién sabe dónde diablos. Saltaba, gritaba, cantaba. A las dos y media de la mañana la sacamos de allí casi a rastras. Estábamos molidos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">El lunes, a pesar de querer madrugar, nos levantamos cerca del medio día. Desayunamos y nos fuimos de paseo al norte. Comimos postres deliciosos (el guanabanón <strong>Paola</strong> se lo hizo preparar como le dió la gana) entre Cota y Chía. Por la nueva variante fuimos a Zipaquirá. Entramos a la Catedral de Sal. Es como mi séptima visita y siempre me conmueve el espíritu y los sentidos. Además tuvimos un guía maravilloso. De allí salimos a buscar gallina criolla, que era un antojo que traía <strong>Liliana</strong> desde la Gran Manzana. Nos fue mal, resultamos en un comedero en la plaza de mercado, buen sabor pero fría y mal servida, rodeados de perros espantosos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Hablando de perros, ese fue el karma.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">La lesbipareja ha desborado todo su sentimiento maternal en el cuidado de sus perros y en la causa de la defensa de los animales. Saliendo de la salina, en el parqueadero, había un carro con un perrito adentro. Paola casi desbarató el carro arguyendo que el perrito estaba muriéndose allí encerrado, que qué colmo de gente, que qué hijueputez tan malparida la de los dueños del canchoso. Almorzando, los grandes beneficiarios de las abundosas carnes de la gallina fueron los cánidos espantosos que nos rodeaban. Todo aquello acompañado de los incesantes vituperios en contra de todo el posible establecimiento, desde los organismos estatales hasta las más miserables familias.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Mi concepto muy particular, con relación a las mascotas, es que todo ese cariño uno lo debe canalizar en los congéneres humanos, ya bastante maltrechos por el hambre, la guerra y las calamidades del tercer y cuarto mundo. Yo tendría un perrito, si tuviera con qué pagar un negrito que lo mantuviera a punto de consentirlo y quererlo sin sufrir sus más básicas necesidades. He dicho (esto me costará la cabeza). Aclaro: no estoy en contra de los dueños de mascotas, siempre y cuando tengan el justo equilibrio de su cariño entre sus prójimos y las bellas criaturas de la naturaleza, pero sí detesto a todo aquel que antepone el interés animal por encima de la necesidad del congénere. Lo digo con conocimiento de causa, habiendo vivido más de la mitad de mi vida entre unos y otros, animales y congéneres, dueños y alienados.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Bien, en la noche, cansados, preparamos tornillos con lo que quedó de la gallina y champiñones. Y dormimos en espera de la nueva semana laboral.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">El martes llovió todo el día. Ellas se dedicaron a "adelantar cuaderno" y a acumular amores, solas en el apartamento. El miércoles, a las siete de la mañana las dejamos en el aeropuerto <strong><em>Eldorado</em></strong>. Una de vuelta a <strong><em>Newark</em></strong>, y la otra camino a <strong><em>Matecaña</em></strong>.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Fue nuestro primer fin de semana lesbiánico. Reconozco que a pesar de los perros, la pasamos bien. Muy queridos, muy de la casa, muy atentos, linda la fiesta, regia tu mamá, las matas de un verdor espectacular, en fin...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">El cambio en el tamaño de la letra, corresponde a mi nueva ancianidad, que ya me dificulta leer el menor tamaño. Mil disculpas por eso.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Estoy esperando a mi <strong>Bebito</strong>, a ver si pasamos rico el poco tiempo que ahora compartimos por efectos de la cruel separación.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;">Adoro a mi <strong>Bebé</strong>. Amo a mi <strong>Bebé</strong>. Mi <strong>Bebé</strong> me quiere mucho.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;color:#990000;"></span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1161230335223316892006-10-18T22:33:00.002-05:002006-11-15T12:23:39.753-05:00Las REINAS de Manuel Gómez Pereira<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">Desde que tuve la oportunidad de leer la reseña hace menos de dos semanas en la revista <strong><em>Eskape</em></strong> -uno de mis suplementos preferidos en <strong><em>El Tiempo</em></strong>- me hice al propósito de ir a verla, a pesar de lo precario de la situación económica. Esta tarde, cuando mi <span style="font-size:100%;"><strong>Bebé</strong></span> determinó que la mejor forma de tener la excusa de vernos era invitándome a cine, no vacilé un segundo en decirle que era esa y no otra la película elegida. Busqué la sala y el horario más convenientes por la red.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">Me recogió cerca de las seis y media de la tarde, me llevó a San Rafael (hace más de tres años decidimos ir a cine únicamente a salas de <strong><em>Cinemark</em></strong>), comimos y entramos a la sala. Empecé un poco asustado por la bajísima asistencia: cuatro "comensales". Pero en cuanto empezó la presentación, no tuve la más mínima duda de estar frente a una película, al menos, rescatable. Me hubiese atormentado haber resultado viendo un hueso. Es algo casi intolerable para mí. <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> es más indulgente al respecto.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">La historia muy ingeniosa, como suele suceder con todo el cine español de vanguardia, historias que se van hilando irremediablemente de manera imperceptible. Las actrices de primerísima categoría. Los actores, hasta en los roles heterosexuales, bellísimos. Cada uno con un encanto muy especial, muy a pesar de su heterogeneidad. La forma, divertidísima, con el lleno de conflictos suficientes para provocar la sonrisa angustiosa que finalmente provoca un feliz resultado.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">Enmarcada en un momento histórico del logro de los derechos civiles y sociales peninsulares, invita a una refrescante y sosegada reflexión en torno al amor, con los maricas como su mejor excusa, pero al fin y al cabo solo amor, del más cursi, del más perverso y sano amor posible, ocasionalmente sólo comprendido por los gays.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">Creo que es mi más sincera recomendación: <strong><em>Reinas</em></strong>. Disfrútenlas, pueden estar retratando a sus reinas y a Ustedes-nosotros mismos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#333399;">Besitos y que ojalá alcancen antes de que desaparezca de cartelera.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#333399;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#333399;">Ah, es tan buena, que mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong> me pidió que se la regalara.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1161211471955911132006-10-18T17:21:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.547-05:00Poquitas palabras para decir<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">...que agradezco inmensamente aquellos mensajes de cumpleaños sinceros y cargados de cariño ausente. Besos, abrazos y caricias para todos</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que estoy contento porque por fin y de una vez por todas firmamos y arrancamos en el proyecto de <strong><em>Las Américas</em></strong>. Las cosas no van a ser fáciles, las expectativas son muy grandes, pero al fin hay algo en qué estabilizar el quehacer diario. Desde el miércoles de la semana pasada estoy pegado en eso</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que adoro a mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebito</span></strong> aunque a ratos nos hagamos pasar malos ratos</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que estoy feliz leyendo todos los blogs gays que encuentro, que los reviso a diario, que me encantan los comentarios, que las fotos, que la diversidad de temas, que los videos, que me indexen, que me digan, que me regañen</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que me siento anciano, llego rendido en las tardes al regresar de la Clínica, que ya no tengo los bríos de antes pero que trato de seguir haciendo todo lo mejor que puedo</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que me embarga la tristeza por la separación -espero extremadamente temporal- a la que nos vemos obligados por efectos de la mala racha y de la escasez de pacientes usuarios de mis servicios</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que este fin de semana estuvimos de rumba con una pareja de lesbianas (<strong><span style="font-size:100%;">Paola </span></strong>y <strong><span style="font-size:100%;">Liliana</span></strong>) amigas de mi suegra, ambas naturales de Pereira, una procedente de NYC, con mucho Absolut, paseo sabanero, postres y desmandes gastronómicos, enamoradas de los animales (¡qué martirio!), que las despedimos esta mañana en el aeropuerto, que contaré detalladamente en un próximo post (que ya se me van acumulando los temas y no aparece la inspiración suficiente)</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que tengo una caspa atroz y salvaje desde hace unos pocos días y no sé qué hacer</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que mientras las cosas van mejorando me dan cada vez más ganas (ese es mi afrodisiaco)</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que qué fríos tan hachepés los que han hecho en las noches, que ante la ausencia de mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong> me azotan como el peor castigo</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que estoy como loco pensando en el bendito grupo y las benditas canciones para responder a la tarea que me puso <strong><span style="font-size:100%;">demock77, </span></strong>uno de los congéneres bloggers desde su último post y que no deja de martillarme la cabeza</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que quiero entrar otra vez a gimnasio (¿Barbie tech?)</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que -nuevamente- gracias a <strong><span style="font-size:100%;">Milo</span></strong>, ya tengo tema para otro post, aunque me sigo devanando los sesos tratando de recordar quién y cómo es</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">... que mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong> ya viene a recogerme para que vayamos a cine</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#009900;">Que te mando un besito apretado y un abrazo endulzadito.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1160538985138838402006-10-10T22:29:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.474-05:00Día nacional del orgullo LGTB<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;">Esta tarde, a las seis y cuarto de la tarde, llegué a casa de <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong> y en un acto -que se podría calificar de explícita rebeldía- sintonicé en el principal televisor el canal institucional del Congreso de la República, para seguir -a oscuras- la votación del proyecto de Ley ciento treinta de dos mil cinco.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;">Después de escuchar sendas intervenciones de varios senadores, a favor y en contra (<strong><span style="font-size:100%;">Claudia Rodríguez de Castellanos</span></strong>, <strong><span style="font-size:100%;">Álvaro Araújo</span></strong>, <strong><span style="font-size:100%;">Gustavo Petro</span></strong>, entre otros), se procedió a votación de carácter nominal.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;">Apretado resultado, como apretado sentía el corazón con cada negativa; arrojó 49 a favor y 40 en contra. A las 7:19 el secretario leyó el recuento de votos y a las 7:25 se proclamó la aprobación para que se reconozcan los derechos patrimoniales y la seguridad social para parejas conformadas por individuos del mismo sexo como Ley de la República.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;">Celebré -en la oscuridad y en mi silencio mudo- con lágrimas ocultas, pocas pero agitadas hasta los más recónditos sentimientos cuando las cámaras se atrevieron a enfocar a las ahora reconocidas barras, que con un igualmente callado GRACIAS en los colores de la Patria, era tan callado y profundo como mi silencio mudo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff0000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ff6600;">Atrás quedaron argumentos tan débiles como el temido horadamiento del núcleo familiar, cuyas bases empezaron a ser heridas con la protección del concubinato en el año noventa.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#ffff33;">Reconocimiento para los conservadores, que le dieron libertad a sus copartidarios para votar a conciencia, no bajo los lineamientos de la bancada.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#009900;">Pitos y chiflidos para algunos liberales que -lejos del librepensamiento- votaron en contra declarando objeción de conciencia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#3333ff;">Palmas para <strong><span style="font-size:100%;">Gustavo Petro</span></strong> (!), que -una vez proclamado el resultado- desvió la atención de la sala polemizando sobre algún proyecto de importancia agrícola, evitando así los infortunados comentarios que se hubieran podido seguir dando en contra del proyecto, aún después de haber sido aprobado.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#6600cc;">Espero que sea con <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong>, mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong>, con quien pueda hacer uso de los derechos que -con todo y a pesar de todo- nos hemos ganado.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1160247588387795232006-10-07T12:38:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.394-05:00Mi noche de cumpleaños<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#cc33cc;">El día pasó sin mayores contratiepos. Después de haberme repuesto a la malparida nostalgia de la mañana, fui a casa de mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong>, de allí al almuerzo de trabajo -no muy productivo por cierto- y de nuevo al lado de ella. En la tarde, como a las cinco, compartimos una deliciosa selva negra (de <strong><em>La Castellana</em></strong>), con mis sobrinos y mis hermanas.<br /><br />Mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong>, muy linda ella, me regaló cincuenta mil pesitos, con mucho esfuerzo porque eso significa cincuenta mil pesos menos del mercado del mes. Muy triste por no poderme dar más y muy inquieta porque los negocios y los pacientes resulten de nuevo. Es una de las damnificadas.<br /><br />En la noche, como a las nueve, llegué a la casa, con el pedacito de selva negra para <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong>. Me llamó como a las diez, a avisarme que estaba en Bosa -estudiando- y que no nos veríamos hasta hoy. Me emputé, lo reconozco, creo que está jugando al límite.<br /><br />Salí, caminé en medio del frío y bajo la luna llena. Tomé un alimentador, luego un Transmilenio y llegué a <strong><em>Baltimore</em></strong>, para no pasar la noche solo. De entrada me encontré con <strong><span style="font-size:100%;">Juan Carlos</span></strong>, un abogado que me levantó (yo me siento incapaz de levantar) hace como ocho meses allí precisamente. En esa oportunidad hicimos un trío que repetimos a los pocos días en nuestra casa. Un buen polvo, para qué. Nunca había empezado la acción tan pronto. Me invitó a su relax especial, el doscientos catorce, en donde me presentó a <strong><span style="font-size:100%;">Pablo</span></strong>, un amigo que más creo su pareja porque no tuvieron necesidad de condón. Allí jugamos un rato los tres. Mamada va, mamada viene, el pajazo, el dedo en el culo. En fin, delicioso. Mucho calor, el puto problema de esos cuartos. Sudábamos, no, llovíamos los tres. <strong><span style="font-size:100%;">Juan Carlos</span></strong> es un tipo muy agradable, como de unos 30 años, buen cuerpo, cara bonita... y le gusto, ese es el mayor afrodisiaco entre nosotros.<br /><br />Acabados los efluvios sexuales, salí de allí a darme un baño y entré al sauna a descansar un poco. Me senté en el segundo "piso". No pasó mucho tiempo y entró <strong><span style="font-size:100%;">Felipe</span></strong>, un profesor de religión que conocí hace como cinco años en algún lugar sórdido que no recuerdo. Se sentó en el primer nivel, se dio vuelta y -no lo podía creer- logró que me viniera en su cara, con una mamada de antología. El sitio estaba lleno y mientras unos se daban dedo, otros mamaban, los más osados culeaban, y los más se masturbaban. Salí de allí, le di un abrazo, nos bañamos juntos, hablamos un rato y me dispuse a tratar de seguir descansando.<br /><br />Allí llegué cerca de las once y media de la noche y no había pasado una hora y ya tenía dos polvos a mi haber, lo que nunca había pasado antes. Parecía que estaba conjurando el fantasma de la fecha.<br /><br />Estaba en el turco, en la sala más caliente, y un muchacho, muy bonito él, no dejaba de mirarme el pecho y la entrepierna. ¡No lo podía creer! Allí normalmente, con <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong>, muy difícilmente levantamos un buen pajazo compartido. Y esta noche ya llevaba trío, eyaculación facial e iba para el tercero.<br /><br />Me he de confesar una completa güeva en las lides conquistadoras. Le correspondí la mirada, está buenísimo el tipo, casi uno de los más bellos de la noche. Nos cruzamos en la ducha, algo me dijo que pretendí comprender sin entenderlo. Nos encontramos -sin querer, lo juro- en el sauna oscuro. Me tocó, le correspondí; me besó, lo acaricié. Enredé mis dedos torpemente en la maravillosa pelambre (un oso como de foto porno) de su tronco. Me invitó una cerveza. Su nombre es <strong><span style="font-size:100%;">Germán</span></strong>, veintiseis añitos, un paisa delicioso natural de La Victoria, Caldas. Como de uno ochenta de estatura, buen cuerpo, cara linda. Todo un bizcochito (no como el de San Juan que parece ser de menos estatura, pero igual o más bello, eso sí). Nos tomamos, no una, sino tres cervezas cada uno. Hablamos mucho, de nosotros, de nuestras parejas, de nuestras familias, de nuestro mundo. Sin darnos cuenta, pasamos la madrugada juntos. Yo, que siempre tomo servicio de relax, precisamente para tener cómo consentir a un especimen de estas características (sobra comentar que jamás se me había presentado tal oportunidad), esta vez alquilé locker, y pasamos buena parte en el bar -cogidos de la mano-, buena parte en el sauna -cogidos de la verga (la suya deliciosa)-, uno que otro rato en el turco y en la ducha.<br /><br />Consideré, pensé que estaba pasando el mejor de los cumpleaños (sin que ninguno de los implicados supiera que eran parte de mi celebración secreta). Estaba extasiado con mi suerte. No lo podía creer. Me sentí en los brazos de <strong><span style="font-size:100%;">Venus</span></strong>, con algún encanto especial porque me sentí, más que observado, admirado. ¡Quién lo pudiera creer, yo a mis treinta y nueve y con tantos kilos de más, admirado en una maravillosa noche de sauna! Además de <strong><span style="font-size:100%;">Juan Carlos</span></strong>, de <strong><span style="font-size:100%;">Felipe</span></strong> y de <span style="font-size:100%;"><strong>Germán</strong></span>, hubo asedios de todas partes, miradas, toques. Llegué a sentirme, momentáneamente, el centro de atracción. ¡Cómo la estaba pasando! ¡Wow! Hasta los empleados, habitualmente hoscos, estaban encantadores con el servicio.<br /><br />Me olvidé de la cruel ausencia de <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong>, me olvidé del despertador de la madrugada (que también, por efectos de la universidad, nos atormenta los sábados), me olvidé de compromisos y de falsos miramientos. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#cc33cc;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#cc33cc;">Pero... ¡¡¡jueputa!!! Todo fue el más espectacular de los sueños, transformado ahora en la peor de las pesadillas. Todo una ilusión. No fui capaz de conjurar el maldito seis de octubre. Ahora solo quedaba la mancha húmeda del semen pretendido en las sábanas (<strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> me enseñó a dormir desnudo), y la sensación del vacío más malparido. No hubo <strong><span style="font-size:100%;">Germán</span></strong>, <strong><span style="font-size:100%;">Juan Carlos</span></strong> ni <strong><span style="font-size:100%;">Felipe</span></strong>, sólo fueron ilusión desnuda, deseo reprimido. No hubo tinieblo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#cc33cc;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#cc33cc;">Peor aún, son las dos de la tarde, y aún no aparece <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong>. Y no sé qué sentir ni qué pensar.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1160141772411026722006-10-06T06:53:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.325-05:00La voz de los oprimidos<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Parece una condena. Este debía ser un día fuera del calendario. Hace dos años pasé el día escondiéndome de una intensa sicóloga que pretendía amor eterno con un acoso que jamás habría podido imaginar. El año pasado estaba en medio de la angustia por el negocio malogrado de la <strong><em>UCIN Monterrey</em></strong>, casi enloqueciendo por un dinero por el que estoy respondiendo y del que no me quedó más que problemas. Este año no podía ser la excepción. Es una maldición. Mi consuelo es que -parece ser- no solo me pasa a mí. Nuestro signo debía ser proscrito del zodiaco, por lo menos para la época de cumpleaños. Sin un centavo en el bolsillo, con los pacientes más esquivos que siempre, el proyecto que sí sale, que no sale, la incertidumbre tenaz de hacer empresa, la consecuente angustia por no saber si hay para pagar arriendo, servicios, créditos... en fin.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Todo empezó mal cuando recibí la llamada de <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> preguntando por el pico máximo de la presión arterial sistólica. Ya me había enviado un mensaje de texto y no lo había leído. Sentí una verguenza profunda con él, por no estar oportunamente para atender su necesidad académica puntual. Será que ni para eso sirvo. Después, estaba leyendo el -nunca suficientemente bien ponderado- post de <strong><span style="font-size:100%;">Milo</span></strong> -análisis fabuloso, por cierto- cuando recibí su segunda llamada, para ir a recogerlo en la universidad. Yo quisiera poder dejar de lado las susceptibilidades maricas (¿o güevonas?) y no sentirme por pendejadas que sé que no valen la pena. Pero no soy capaz -nunca lo he sido con la gente a la que quiero- de esconder un puto sentimiento. Si se tratara de un ajeno totalmente indiferente a mis afectos, me valdría culo, por decir lo menos. Pero con <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> no puedo, nunca he podido y me preocuparía bastante (o debía preocuparse él) el día que no reaccione de esta manera tan ridícula.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Llegué, le marqué al celular. Salió despacio, le importó mierda que ya hubiera llegado a recogerlo. Prefirió disfrutar lentamente su comida, detenerse a hablar con algún amigo, sin saludar, pretendiendo no darse cuenta de que estaba esperándolo, o -peor aún- dándose la importancia suficiente de hacerse esperar por la necesidad reconocida de tenerlo y saberlo cerca.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">No bastó el silencio de todo el camino, para llegar, responder una llamada de quién sabe quién putas, durar más de cuarenta minutos al teléfono, sin importarle nuevamente que yo estaba allí, empezando a pasar el mal momento del puto cumpleaños que hoy no dejará de atormentarme.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">No hubo comida, para mí al menos no. Los días que lo recojo en la universidad, espero a que sea la hora en casa de mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong>. Allí no recibo nada de comer por la ilusión del pan compartido con mi novio, casi el único momento de convivencia al que tenemos derecho en medio de nuestra fatal semana de trabajo, estudio y estrecheces compartidas. Hoy, por lo tanto, ni el derecho al saludo de la mañana. Ya salió para la oficina, sale tarde de la universidad y no sé qué tenga programado para estudiar su parcial de mañana.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Desde antier estoy recibiendo mensajes automáticos de felicitación, impersonales, nimios, carentes de inspiración. Y hoy solo tengo ganas de llorar, de acostarme y despertar días después, cuando ya no queden ni rescoldos de la fecha fatal. Acabo de recibir la llamada de mi <strong><span style="font-size:100%;">padre</span></strong>, con sus mejores deseos, yo lo sé. Y la de mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong>, que espera que pase alguna parte del día con ella para espantar los demonios. Y solo tengo ganas de llorar. De desaparecer de un suspiro. De buscar cómo conjurar la maldición del cumpleaños que me tocó. De no saber si querer reaparecer.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#663366;">(pausa)</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Recién recibí la llamada de <strong><span style="font-size:100%;">Juan Pablo</span></strong>, mi sobrino, el que estuvo enfermito hace unos días, y estoy chillando como la más marica de las maricas. Odio este puto día. Me destroza esta maldita fecha.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Ya recibí tres regalos de cumpleaños, una platica que me dejó mi viejo el martes, antes de regresar a Barranquilla, con la que pagué los servicios vencidos a punto de cortar. Un dibujo que me hizo <strong><span style="font-size:100%;">Juan Pablo</span></strong> anoche cuando una de mis hermanas mencionó lo del cumpleaños y un alfajor, que me encanta, que dejó de comerse <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> por compartirlo conmigo a pesar de lo hijueputa de la fecha. Y no es tu culpa, <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong>, es solo mía, yo lo sé, y -como siempre- te ruego me sepas disculpar. No eres tú, es este maldito hijueputa día. Me siento destrozado, con una de esas desnudeces que matan. La invitación que quería hacerme mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong> para almorzar, no la pude aceptar porque tengo una reunión de trabajo al medio día. Hasta eso me corroe la conciencia, no haber podido almorzar con mi <strong><span style="font-size:100%;">Mamá</span></strong>.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Siempre he creído que los cumpleaños habría que celebrárselos a las madres. Ellas son las que sufren, con el más siniestro de los dolores, el nacimiento de uno, que -sin esfuerzo- viene a partirse el lomo en este mundo. Ellas son las verdaderas heroínas de esta celebración, motivo de licencias absurdas: hago hoy lo que quiera, porque estoy de cumpleaños. No, son ellas las verdaderas mártires de nuestra existencia. Mi felicitación y agradecimiento más sincero para ella, que debe ser la verdadera celebrada.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">Y no es que me sienta viejo, sigo con el espíritu lozano de los años precedentes, no me preocupa llegar al cuarto piso si casi sé que igual en el séptimo u octavo me la estaré gozando como en el segundo o el tercero. No es la crisis de la edad madura, que espero no llegar a tener jamás en mi existencia. Es solo este día, que debía desaparecer del calendario.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">Tratando de conjurar la malparidez cósmica que hoy me ocupa, quiero regalar la receta de la casatta de frutas que mencioné en el post precedente. No es especial, pero es una de las pocas recetas que repito con gusto (me parece mediocre repetir recetas) porque siempre es bien recibida.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Una taza de ciruelas pasas sin semilla</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Una taza de uvas pasas claras</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Un pocillo de almendras laminadas y tostadas</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Un frasco pequeño de cerezas marrasquino</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Un frasco pequeño de cerezas mentoladas</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Una lata mediana de coctel de frutas</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Media libra de moras</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Una botella de vino moscatel blanco</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">- Una libra de crema de leche</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">Desde la noche anterior, se marinan las ciruelas y las uvas pasas, de forma tal que el moscatel las cubra. Al momento de la preparación, se separa el vino de las frutas (y se reserva), se desmenuzan las ciruelas, se cortan las cerezas en mitades y se mezclan con todo el resto de ingredientes, a los que previamente se les ha escurrido el almíbar, que se reserva aparte (los de las cerezas y el coctel de frutas). Se coloca en un molde húmedecido previamente, ojalá en forma de corona, y se mete a congelar, de un día para otro. Con las moras, los almíbares y el moscatel reservados, se hace un dulce de mora, que -una vez frío- se pasa por un cedazo fino para eliminar las semilas de las moras.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#660000;">Se sirve la tajada de casatta sobre el dulce de moras y se baña con una cucharada de crema inglesa (no apto para diabéticos). Les auguro éxito total.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;">...</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#663366;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Un agradecimiento para los bloggers indexados, y uno mayor para todos aquellos que se están atreviendo a vincularme en sus páginas. Y mil perdones por escribir las güevonadas con las que pretendo conjurar mis fantasmas. Increíble, con haberlo escrito, y con el recuerdo del sabor de la casatta, me tranquilicé. Mil perdones -reitero- por eso.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Quiero invitarlos a visitar todos y cada uno de los blogs indexados, hay para todos los gustos, de todos los colores, tamaños y sabores (espero probarlos, je je je!). Y no dejen de comentarlos, es el mejor precio que podemos recibir por lo que hacemos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Un abrazo, un beso y... caricias por allá.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1159832718618805372006-10-02T17:44:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.251-05:00Una pasión<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Corría el mes de octubre de 1993, estaba cumpliendo con mi servicio social obligatorio en el Departamento del Guaviare, uno de los lugares más deprimidos de la geografía económica nacional. Por razones de salud, que comentaré en alguna otra ocasión, tuve necesidad de pasar unos días en Bogotá. El viaje de regreso a San José del Guaviare se hacía por vía aérea. Un vuelo diario desde Bogotá, que salía rayando las seis de la mañana desde el aeropuerto <strong><em>Eldorado</em></strong>. Extrañamente -no era habitual, menos cuando se viajaba por la desaparecida <strong><em>Aces</em></strong> (de lejos la mejor aerolínea que tuvo el país en los años recientes)- se presentó un importante retraso en el vuelo de ese día. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Una vez estuvo abierta la librería del aeropuerto, compré <strong><em>Como agua para chocolate</em></strong>, la novela magistral de la mexicana <strong><span style="font-size:100%;">Laura Esquivel.</span></strong> Adelantando su lectura esperaba "matar" el tiempo. Eso era mejor que pasar el día escuchando alguna tontería de mi compañero de viaje, cuyo nombre no mencionaré para evitar darle la importancia que -hoy en día- no merece.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">En la medida que leía las descripciones, iba generando en mi memoria los sabores y los aromas que debían exhalar todas y cada una de las preparaciones que a lo largo de la obra se iban describiendo. Era toda una fiesta para los sentidos. Fue uno de los momentos más excitantes de la vida. Por fortuna para mí, el retraso del vuelo fue tanto, que alcancé a devorar una a una todas sus páginas. La exaltación y grandilocuencia afloraron en la penúltima página, cuando se redondeó la historia con su personaje, <strong><span style="font-size:100%;">Tita</span></strong>. Como en todo gran final, un sentimiento épico se apoderó de mí y -una vez más- ratifiqué mi encanto por la literatura latinoaméricana contemporánea.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Pero lo más llamativo había sido tener todos los sabores en mi sentido degustatorio, a pesar de existir recetas para mí imposibles por la ausencia e ignoracia de sus ingredientes. El mayor descubrimiento de ese día, fue el de mi memoria y creatividad culinaria, a pesar de venirla cultivando desde muchos años atrás, cuando empecé aventurándome en la cocina para satisfacer los aniversarios de matrimonio de mis padres, contando con trece años de edad.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;">Desde entonces, la labor de cocina es mi única alternativa orgásmica al sexo real.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Esa es, quizás, mi mayor pasión. La cocina. Es allí en donde me abstraigo de toda realidad. En donde aflora toda mi creatividad. En donde los sentidos no tienen tiempo para más. Mi mayor agrado está en saber satisfechos los más lábiles o los más selectos paladares. En ver los platos desocupados, en ser requerido por la receta, en ser felicitado por los resultados. Es mejor que salir exitoso de una cirugía. Es el único sitio en donde el sexo con mi <strong><span style="font-size:100%;">Bebé</span></strong> no es prioridad. Es el único lugar en donde las pobres manifestaciones acaban con mi espíritu.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Esto no quiere decir que sea exigente. Sé apreciar cualquier buena intención, y si algo agradezco en el alma, es una invitación a comer.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">No todo es perfecto. Una de las únicas condiciones que me saca de quicio, sin miramientos de ninguna natutraleza, es que me molesten en la cocina. En cualquiera que sea mi cocina. No soporto ningún tipo de sugerencia o de anotación, por oportuna que ésta sea. Es mi único espacio privado, no por secreto sino por propio. Es el único sitio en donde alguien, cualquiera, puede sentir mi mirada inquisidora por su presencia no deseada. De eso no ha escapado nadie. Y <strong><span style="font-size:100%;">Ricardo</span></strong> pone a todos en conocimiento para evitar malos entendidos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">De esta misma forma, la mayor atención que me atrevo a brindar, es una invitación a mi mesa. Nunca he soportado una mesa mejor que la mía. Es en lo único que no existe la modestia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Una receta, mi sugerencia para una excelente minuta:</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"><strong>Entrada</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">- Jamón serrano sobre tajadas muy finas de melón muy dulce, con un toque de aceite (sin sabor) y una pizca de pimienta blanca molida</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"><strong>Plato</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">- Salmón almendrado</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">- Pasta corta al pesto, con tomates secos picados muy finos</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">- Ensalada de lechugas y tomate con balsámico</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"><strong>Postre</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">- Casatta de frutas bañada con crema inglesa</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">La fórmula del salmón es muy sencilla. Un filete de salmón de unos doscientos gramos, grueso (unos tres centímetros), muy fresco. Se coloca con la piel del lado de una plancha caliente, con tapa. Cuando logra un tono rosado hasta la mitad de su espesor, se voltea y se vuelve a tapar, no más de cuatro minutos. Previamente se ha salpimentado a gusto. En la grasa que ha soltado el pescado, se sofríen unas almendras laminadas, a las que finalmente se añade una cucharadita de mantequilla y medio pocillo de crema de leche. Se sirve el salmón de inmediato, con la salsa encima.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Si quieren ver algunas recetas, en la página </span><a href="http://www.buscacocina.com"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;">www.buscacocina.com</span></a><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">, con mi nombre, pueden encontrar algunas sugerencias culinarias que espero puedan y sepan disfrutar. Después de satisfechos, sí a tirar con el novio de turno, en las treinta y trés posiciones que describe un manual de eruditos del sexo que recomendaré en otra oportunidad.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#006600;">Mis mejores deseos en su cocina y en su cama.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;">-----</span></div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#006600;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:Times New Roman;font-size:85%;color:#000099;">Un cometario al margen: me tomé el vil atrevimiento de indexar en mi blog a los que me gustan y que habitualmente leo, sin un orden específico de importancia (excepto el de <strong><span style="font-size:100%;">Emilio Vergara</span></strong> que califico -¡qué osadía la mía!- como el mejor). Mis respetos y agradecimientos para todos, esperando que no se molesten y sepan comprender. </span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1159443037023769152006-09-28T06:14:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.181-05:00Último reporte<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">Ayer, cerca de las nueve de la noche, el menor de mis tíos paternos, <strong><span style="font-size:100%;">Gabriel Eduardo</span></strong>, entró nuevamente a cirugía, esta vez para una limpieza profunda de su lesión quirúrgica previa. Pasadas las once de la noche ya estaba en su habitación, en aparente buen estado general.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">A las 3:37 de la mañana recibí llamada de <span style="font-size:100%;"><strong>Leonor Aydeé</strong></span>, informándome acerca de su muerte. Salí de inmediato a recogerla para ir a la <strong><em>Fundación Cardio Infantil</em></strong> a iniciar los trámites para las exequias. Sentí un dolor de espíritu muy fuerte, de esos que se sienten en el pecho y que no creí sentir por él. De nuevo reconocimiento y agradecimiento para la institución y para el doctor <strong><span style="font-size:100%;">Sánchez de Guzmán</span></strong>, su cirujano.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">En la clínica nos esperó <span style="font-size:100%;"><strong>Wilson</strong></span>, que lo acompañó hasta el último momento. Nos contó que <strong><span style="font-size:100%;">Gabriel</span></strong> se desangró, que fue algo muy rápido, de minutos, inesperado porque estaba estable y se sentía bien, De hecho ya se había levantado al baño. Con <strong><span style="font-size:100%;">Leonor Aydeé</span></strong> bajamos a la morgue, aún tibio, pero con expresión serena y segura. Eso me traquilizó(!). Su rostro me recordó el de <strong><span style="font-size:100%;">Tía Nena</span></strong>, como si hubiera sido ayer que la vi por última vez.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">Lo más difícil -lo sabía- hablar con <strong><span style="font-size:100%;">papá</span></strong> después de darle la noticia. Me instruyó respecto a lo que quiere para las honras fúnebres: velación y misa en el mismo sitio en donde se hizo lo de <strong><span style="font-size:100%;">Tía Nena</span></strong>, <strong><em>San Juan de Ávila</em></strong>, muy en contra de lo que querría haber hecho tío <strong><span style="font-size:100%;">Guillermo</span></strong>, que no vale la pena siquiera comentar.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;">Mi sentido pésame y mi deseo por su bienestar donde sea que pueda uno estar después de este terrenal mundo. Acompañado de quienes más lo quisieron, la <strong><span style="font-size:100%;">Abuelita Leonor</span></strong>, el <strong><span style="font-size:100%;">Tío Jaime</span></strong> y la <strong><span style="font-size:100%;">Tía Nena</span></strong>. Felicidad eterna para ellos, siempre lo merecieron.</span></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-30661369.post-1159408901395827392006-09-27T20:53:00.000-05:002006-11-15T12:23:39.106-05:00Buscando, encontré: léanlo, por favor<div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;">Se me ha convertido casi que en un vicio, como el que viví hace algunos años con el chat de <strong><em>Gay Colombia</em></strong> (liderado por <strong><span style="font-size:100%;">Milton René</span></strong>), la búsqueda de blogs que enriquezcan día a día la homoeroticidad que tanto me agrada y satisface. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;">He quedado de una pieza al ver la calidad de los chilenos. Pero hay uno en especial que hoy logró en mí las lágrimas que a veces necesito para sentirme vivo y especial (sí, <strong><span style="font-size:100%;">Milo</span></strong>, yo me siento especial con este cuento, ¿será por lo viejito y desencajado?).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;"></span></div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;">Mi recomendación especialísima para </span><a href="http://emiliovergara.blogspot.com/"><span style="font-family:times new roman;font-size:85%;color:#000099;">http://emiliovergara.blogspot.com/</span></a></div>JavieRodrigohttp://www.blogger.com/profile/02626803567853630497noreply@blogger.com