jueves, 7 de diciembre de 2006

Con rencor en el corazón

Anoche, me enredé en una discusión con mi hermana porque pretendí defender a mi sobrinito, porque -como siempre- le encanta hacerlo llorar. A garganta llena me gritó marica, delante de mi Bebé, de mi sobrino, de mi Mamá y de mi nana. A nadie, de los que viven en el "hogar", le importó ni mierda.



Solo me restó salir, llorar, rabiar. Perdóname Bebé.



No me importó que me mariqueara, me importa más que maltrate a mi pequeño. Igual nadie hace ni mierda.



Hoy borré su cuenta de mi PC. Y seguiré esperando que se pudra. Tengo odio en el corazón.



Perdona, célebre inmortal, la verdad de lo que sucedió fue eso. Perdona.